Boca jugó mal otra vez y perdió en Sarandí 1 a 0 con Arsenal. El gol lo hizo Zelaya y en el primer tiempo Campestrini le atajó un penal a Schiavi.

Ya con la clasificación a la Copa Libertadores asegurada, la idea de Boca era revalidar el funcionamiento que mostró contra Racing y, de paso, estirar a ocho partidos el invicto en el Torneo Inicial. No lo logró.

El comienzo no fue bueno, sobre todo en la fas defensiva. Arsenal amenazaba por el costado izquierdo de la última línea xeneize, especialmente a través de la velocidad de Carlos Carbonero. Además, no lograba salir con pelota dominada y se repetía en pelotazos que eran despejados sin complicaciones por los zagueros locales.

Diego Braghieri de cabeza primero y Jorge Ortiz con un remate desde lejos fueron los primeros en llevar peligro contra el arco de Agustín Orion. Ambos intentos se fueron desviados.

Después de los 20 el partido entró en una zona de intrascendencia. Cesó el leve dominio que había tenido Arsenal durante los primeros minutos, Boca se adelantó algunos metros pero no tuvo profundidad y reinó la imprecisión. Solo hubo un tiro de Walter Erviti  que se fue apenas afuera.

Hasta que sobre los 31, Braghieri derribó a Lautaro Acosta en el área y el juez Silvio Trucco cobró penal a favor del cuadro azul y oro. Lo pateó Rolando Schiavi, a la izquierda de Cristian Campestrini, el arquero, que adivinó las intenciones del “Flaco” y lo desvió. En el rebote, Lautaro Acosta también chocó con el guardavallas del dueño de casa.

El primer tiempo se fue sin que ocurriera mucho más. Dominaba la paridad y el conjunto de Gustavo Alfaro tuvo su chance con un tiro libre de Juan Pablo Caffa que contuvo Orion. El 0 a 0 era justo por el balance general de los primeros 45.

Sacó un pelotazo largo Campestrini, cabeceó Emilio Zelaya para Gustavo Canales, quien se la devolvió a Zelaya, que convirtió. Boca perdía 1 a 0 al minuto del complemento. Lejos de ser un arranque soñado de la parte final.

¿La reacción boquense? No llegaba, ni llegó. Se jugaba en campo de los dirigidos por Julio César Falcioni. El mediocampo no podía hacerse dueño de la pelota y los delanteros, Acosta y Santiago Silva, estaban muy aislados del juego. Arsenal era quien estaba más cerca del gol y tuvo sus oportunidades a través de Caffa, una con tiro libre y otra cuando impactó un centro de Carbonero.

El “Xeneize” nunca encontró los caminos. Falcioni probó sacando Acosta, poniendo a Nicolás Colazo y adelantando a Leandro Paredes, a quien después reemplazaría para poner a Lucas Viatri. También intentó con la salida de Franco Sosa y el ingreso de Nicolás Blandi. Pero siempre los ataques, pocos, terminaban en algún tiro desde lejos y otros, la mayoría, con centros defectuosos que Campestrini controlaba sin mayores inconvenientes. La formación de la Ribera terminó con tres nueves pero sin llevar peligro al arco rival. No se trata de acumular atacantes, sino de asistirlos de la manera correcta.

Arsenal se replegó bien y le cedió el terreno a Boca. No generó nuevas ocasiones para convertir, pero tampoco sufrió atrás. La derrota del equipo de Falcioni fue merecida. La clasificación a la Copa Libertadores ya es una realidad, ahora hay que barajar y dar de nuevo en lo futbolístico. Las esperanzas estaban puestas en Paredes y Guillemo “Pol” Fernández, que esta noche no jugaron bien, pero no se los puede culpar. Fue otra noche paupérrima a nivel colectivo y no hay que cargar de mayores responsabilidades a dos chicos que están haciendo sus primeras armas en primera.

Queda cerrar de la mejor manera posible en casa contra Godoy Cruz y después habrá que resolver la renovación o no de un entrenador que en todo el semestre no encontró el equipo.