El exvolante, que vistió ambas camisetas, marcó una diferencia entre ambas hinchadas. Esto dijo.


Muchos jugadores han pasado por los clubes denominados “grandes” en el fútbol argentino, pero fueron muy pocos los que vistieron las camisetas de Boca y River. Además de algunos casos como los de Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca, se encuentra el de Milton Melgar.

El exmediocampista llegó al club de la Ribera en 1985, tiempos en los que el club no atravesaba su mejor momento económico y tres años después, sorprendía en el mercado de pases ya que pasaba a la vereda de enfrente.

Su ciclo en el Millonario fue de apenas un año y luego continuó su carrera por otras instituciones de Bolivia y Chile. Pasaron más de 30 años de aquellas etapas por Argentina y el exfutbolista surgido en Blooming, rememoró todo lo vivido en un mano a mano con Olé.

La llegada del boliviano se dio en uno de los peores años de la historia Xeneize y pese a esto, Milton encontró varias diferencias con su clásico rival:

“Estuvimos en una época donde tuvimos una mala racha, pero a la cancha asistía cada vez más gente, al otro partido aún más y la hinchada ovacionaba a los jugadores. Esa experiencia que tuvimos nos hizo dar cuenta de que no hay hinchada como la de Boca: en las buenas y en las malas siempre está apoyando al equipo. Era difícil ver a River en su mejor momento y nosotros pasando el mal momento que tuvimos esos años, pero fue más llevadero por la gente. Esa era la diferencia que hacía Boca en esa época. La gente de Boca es apasionada y fiel. En cambio, la de River tiene un porcentaje de gente que es exitista y si el equipo pierde no aparece. Hubo situaciones de la misma naturaleza y la gente no respondía como en Boca. Si estábamos mal, no iban a la cancha. Como la hinchada de Boca no hay”.

Además, recordó cómo fue su llegada al club de la Ribera en plena crisis:

“Justamente por este problema fuimos muchos jugadores a préstamo; yo fui por tres meses y al final me quedé cuatro años. No teníamos grandes contratos, pero tuvimos la oportunidad de jugar ahí y crecer como futbolista”. 

Y luego llegó el momento de argumentar sobre su transferencia a River donde indicó:

“Fue muy rápido todo. Se dio porque hubo cambio de entrenador en Boca y quedamos varios afuera. Ahí fue que el Negro Rivero hizo una cena con César Luis Menotti, recién llegado a River, para charlar sobre la posibilidad de jugar allá. Esa misma noche se habló con la gente del club y al otro día ya estaba entrenando. Fue algo tan violento, tan rápido que pocos se dieron cuenta de esa transferencia”.

Por último, Melgar reconoció que su etapa en el fútbol argentino le sirvió para su futuro como profesional:

“Era capitán de la Selección de Bolivia y cuando volvía Menotti no me tomaba en cuenta; ni siquiera me tomaba en cuenta en los entrenamientos. Eso me desgastó. En Boca y el fútbol argentino aprendí a ser futbolista profesional. Yo jugaba en Bolivia porque sabía jugar, pero en la Argentina aprendí que me tenía que cuidar más y entrenarme más porque la competencia era dura. La pasé de maravilla, si no pasaba que el nuevo entrenador no me tenía en cuenta, me hubiese quedado a vivir en Boca porque yo estaba a gusto, la gente me quería, era útil y estaba en mi mejor momento. La gente de Boca nunca me reprochó nada de haber pasado a River. Es más todavía me recuerdan con cariño”.