Juan Román Riquelme fue el gran ganador de las elecciones presidenciales de Boca. El máximo ídolo xeneize triunfó en las urnas, derrotando a Andrés Ibarra y Mauricio Macri, y asumió en su nuevo rol en el transcurso de los últimos días.
Ahora, en el 2024, el oriundo de Don Torcuato tendrá uno de los mayores desafíos de su vida ligada al Único Grande: manejar los hilos de la institución que lo formó y lo vio ganar todo como futbolista.
La ampliación de La Bombonera
El futuro del estadio Alberto J. Armando es uno de los temas que marca la agenda de Boca. Riquelme anunció que la intención es ampliar La Bombonera, pero de ninguna manera moverse de Brandsen al 805. El próximo paso será conversar con los vecinos que viven detrás de la tribuna de palcos y plateas preferenciales para ver si quieren vender.
El armado de un plantel competitivo
El mercado de pases comenzó a moverse y Boca se meterá de lleno con el correr de las semanas. Algunos jugadores se irán, otros llegarán. El Consejo de Fútbol tiene el objetivo de armar un plantel que esté a la altura y sea competitivo para afrontar una temporada cargada de competencias, tanto en el plano local como en el internacional.
Consolidar al nuevo DT
Diego Martínez firmó su contrato y se convirtió en el nuevo director técnico de Boca. El vínculo entre él y el club tiene vigencia hasta diciembre de 2025. Luego de las Fiestas, el DT empezará a trabajar con el objetivo de dejar su huella en el club más popular del país. El apoyo de Román, y toda la comisión directiva, será clave para sostenerse en el tiempo, más allá de cualquier resultado de turno.
Seguir apostando a las inferiores
El trabajo hecho en Boca Predio es, sin dudas, uno de los puntos más altos de la gestión Riquelme. Los resultados en las inferiores son positivos y la aparición de juveniles en Primera División es cada vez mayor. Ahora, como presidente de la institución, Román tendrá el desafío de seguir subiendo la vara en este tema.
Continuar con las obras en el club
En cuatro años, La Bombonera se puso cada vez más linda y mejoró notablemente respecto al pasado. De afuera y de adentro, el Templo del Fútbol Mundial fue reacondicionado y quedó a la altura de un club como Boca. Riquelme, fiel defensor de la cancha que moviliza a propios y extraños, sabe que todavía hay más por hacer.