Boca necesitaba refuerzos, los dirigentes fueron a buscarlos y los cerraron a tiempo. Los cuatro que llegaron (Medel, Belmonte, Aguirre y Giménez) hicieron gran parte de la pretemporada y varios de ellos tenían la chance de ser titulares en Quito. Pero no.
La gestión deportiva, al margen del gusto de cada uno que esté leyendo estas líneas, no era mala. Sin embargo, lo ocurrido en las últimas horas tiró todo por la borda y no hizo otra cosa que regalar un pedacito del prestigio de la institución más importante de América.
Ningún sentimiento que nos invada cuerpo y mente, incluidos el enojo, la bronca y la decepción, es más grande que la tristeza. Improvisar en los partidos más importantes del segundo semestre, al menos hasta ahora, es un tiro en el pie. O varios.
Ojalá ganemos en Ecuador, también en La Boca y clasifiquemos a octavos de final de la Copa Sudamericana. Al fin y al cabo, nunca habrá nada más importante que a nuestro equipo le vaya bien. Y ojalá, también, exista una explicación coherente de por qué por unas horas fuimos motivo de risa de muchos.
El comunicado oficial de Boca para explicar lo sucedido con los refuerzos
“El CABJ quiere por este medio informar que en el día de hoy la CONMEBOL ha notificado que Medel, Belmonte, Aguirre y Giménez no han sido habilitados por una cuestión de diferencia horaria entre los dos países”, explicaron desde las oficinas de Brandsen 805.