El mediocampo de Boca no tuvo un buen partido ante Defensa. Sebastián Pérez entró poco en juego, Bentancur no desequilibró y Pablo Pérez no tuvo influencia. Un análisis de lo que se viene.
La gran jugada individual de Centurión y la definición de Benedetto tras el rebote le dieron la victoria a Boca. El triunfo ante Defensa reflejó el gran momento del número 10 pero también evidenció fallas, sobre todo en el mediocampo. La figura de Gago pesó por su ausencia.
El equilibrio que suele aportarle Fernando a la zona media se perdió por completo. Sebastián Pérez, su reemplazante, se vio desbordado por la situación. Cometió una gran cantidad de faltas, fue amonestado y jugó con el riesgo de ser expulsado (Guillermo contó que lo sacó por eso).
Al flojo nivel del colombiano se le sumó la tibia presencia de Bentancur, que no consiguió desequilibrar como lo ha hecho en otras ocasiones. Se lo vio como un eslabón más antes que como una parte importante en el armado ofensivo.
Y Pablo Pérez no apareció. La importancia del capitán se ha demostrado en partidos anteriores pero no se vio para nada en el partido contra Defensa. Perdido y llegando tarde a cada jugada, no pesó ni en ataque ni en defensa.
Guillermo destacó la labor del rival, que presionó muy bien al equipo y le cortó los mecanismos para generar juego, un aspecto tan importante como cierto. En eso deberá trabajar el entrenador hasta que Gago esté de regreso: la formación de las jugadas si el oponente se planta en el medio. Por ahora, la figura de Fernando se extraña en Boca.