Boca empató 3 a 3 con Independiente el partido de ida de la segunda fase de la Copa Sudamericana, con goles de Silva, Somoza y Sánchez Miño. De esta manera, está casi obligado a ganar la revancha. Fue expulsado Schiavi. El partido venía complicado para Boca. No podía erigirse como dominador y la primera ocasión fue para Independiente, en los pies de Patricio Vidal, que se sacó de encima a Rolando Schiavi y remató afuera. Sobre los 15, se equivocó Leonel Galeano, no pudo controlarla, y se la dejó servida a Santiago Silva que puso el 1 a 0. Desde el tanto, el Xeneize mejoró su rendimiento pero no fue preciso en los últimos metros para conquistar el segundo. El equipo de Julio César Falcioni pagó cara la mala resolución de las jugadas ofensivas y a los 43, Vidal superó a Christian Cellay, metió el centro al área y Jonathan Santana igualó las acciones. Enseguida, cuando Independiente pretendía envalentonarse, Leandro Somoza sacó un remate fortísimo desde afuera del área que pegó en el palo izquierdo de Hilario Navarro y entró. Con ese golazo, se fue arriba 2 a 1 al descanso. Pero el segundo tiempo arrancó muy distinto. Se jugaban 3 minutos, Sebastián D’Angelo salió mal, no pudo controlarla en dos ocasiones y Paulo Rosales, con el arco vacío, definió por encima de todos y clavó el 2 a 2. Para colmo, a los 6, Rolando Schiavi fue con la mano contra un rival, cometió infracción y vio la segunda amarilla. Boca se quedaba con diez futbolistas. Entre el gol y la expulsión, la cosa se puso cuesta arriba. Falcioni resolvió el ingreso (y debut) , de Emiliano Albín, que reemplazo a Cristian Chávez. De esta manera, Cellay pasó de central con Guillermo Burdisso y el uruguayo jugó en el laterel derecho. Independiente estaba más cerca del tercero que Boca, pero Albín se animó, pasó al ataque, hizo la diagonal y fue derribado unos metros más atrás de la medialuna. Infracción, que Juan Sánchez Miño cambió por gol. Una perfecta definición por encima de la barrera. 3-2. Lautaro Acosta ingresó por Nicolás Blandi y también realizó su presentación. Fue alternativa por afuera y tuvo su ocasión de marcar el cuarto, pero eligió pasársela a Santiago Silva en lugar de definir él y un defensor interceptó y la envió al tiro de esquina. Pero para un encuentro lleno de emociones faltaba aún más. Clemente Rodríguez bajó a Luciano Leguizamón en el área. Loustau cobró, de forma correcta, el penal. Ernesto Farías lo pateó al palo derecho de D’Angelo, que adivinó, pero fue gol. Sin embargo tuvo que repetirse por invasión. El delantero eligió el mismo costado, el portero no. Así quedó sellado el 3 a 3 definitivo, que obliga a Boca a ganar en Avellaneda o empatar en cuatro goles o más para clasificar a una nueva instancia de la Copa Sudamericana. Un resultado que se puede revertir, pero inesperado por cómo llegaban ambos equipos y por el arranque del partido de esta noche.]]>
Boca Juniors
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Sabor a derrota
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