Boca mostró diversas falencias en su juego y no pudo exponer una clara idea del fútbol que pretende realizar. Pero es importante parar la pelota y recordar que esta historia recién empieza…
El resultado de hoy no tiene ninguna importancia, a la hora de hacer un análisis del juego que desplegó Boca: lo fundamental está precisamente en lo que el equipo de Claudio Borghi dejó ver en sus 90 minutos en el césped de La Bombonera. Entonces, ¿qué mostró Boca, esta tarde, ante Racing?
Boca mostró poco. Expuso falencias en casi todas sus líneas (algunas más -como el mediocampo- y otras menos -como el ataque-), se vio un equipo quebrado en el centro del campo y con dificultades en la marca y en la progresión de las jugadas ofensivas.
Este diagnóstico -que poco valor tiene recién iniciado el Apertura- se fue dando, en el encuentro ante la Academia, de menor a mayor desde el gol marcado por Lucas Viatri, precisamente uno de los jugadores de mejor desempeño esta tarde, en la que se vio obligado a bajar permanentemente en búsqueda del balón. Hasta el tanto Xeneize, el conjunto de Borghi se había apoderado de la pelota y mostraba una buena proyección por las bandas, desde los pies de Clemente Rodríguez y Jesús Méndez, ambos protagonistas en la jugada del gol.
Una vez en ventaja, aparecieron las filtraciones. Con un Racing que, sin ser realmente superior, atacaba la valla de Lucchetti y dejaba al descubierto las fallas boquenses: una defensa dubitativa que reventaba constantemente la pelota y un mediocampo que, con difusa proyección por las bandas, tenía a Sebastián Battaglia como exclusivo recuperador del balón y que no pudo conectarse, a través de los pies de Damián Escudero, con los dos hombres de ataque.
De cualquier modo, así como es inútil y acelerado hacer un análisis de un partido a los tres minutos de juego, tampoco tiene sentido una reflexión rotunda y determinante acerca de un equipo, a la segunda fecha del torneo. Lo que sí puede decirse es que, con el sólo hecho de la aparición de un nuevo técnico (que además genera expectativas extras por su conocido estilo de juego) y con la llegada de diversos futbolistas, Boca todavía no le encuentra la vuelta, ni ha podido desplegar una idea definida del fútbol que pretende hacer.
Está el planteo, que resulta valorable desde la pizarra del entrenador pero que no se plasma en el campo de juego con las intenciones que suponía en su origen, y también están nuevos y buenos jugadores, que motivan desde lo hecho en sus anteriores clubes pero no han podido aún mostrar su mejor nivel con la camiseta Xeneize. Sólo falta conjugarlos de modo tal que jugadores y planteo coincidan en una buena demostración de juego. El problema, es que ese “sólo”, que parece tan simple, resulta una tarea más que complicada. Por lo pronto, paciencia, que ésta es sólo la segunda fecha.