El mercado de pases se mueve. La danza de nombres suena cada vez más fuerte. Pero por ahora, Boca tiene una sola cara nueva, la de Carlos Palacios, y es necesario apretar el acelerador para no perder tiempo.
Para no pasar sobresaltos en la Copa Libertadores, donde deberá sortear dos fases antes de llegar a la zona de grupos, se necesita más. Lo saben los dirigentes, el cuerpo técnico y también los hinchas. Con calma, pero sin pausa: no hay excusas para no apostar fuerte.
Primera obligación: el mal 2024
Boca dio vuelta la página y dejó atrás una temporada que no tuvo títulos para festejar. En el primer torneo local se quedó en semifinales, en la Sudamericana no pasó de octavos, en la Copa Argentina estuvo a un paso de llegar al encuentro decisivo y en el segundo certamen doméstico nunca fue candidato al título.
Ahora, el Xeneize tiene la obligación de elevar la vara y ser protagonista durante el 2025. Para eso, claro está, deberá tener un plantel a la altura de las circunstancias, que cuente con diferentes alternativas para cuando el entrenador decida modificar algunas cuestiones. Ya quedó claro que con lo que hay no alcanza.
El hincha acompaña, pero también exige. Es necesario que el contagio empiece a darse, de una buena vez, desde adentro hacia afuera.
El plantel realizará la parte más exigente de la pretemporada en Ezeiza.
Segunda obligación: el poco recambio
Primero le pasó a Diego Martínez, luego lo padeció Fernando Gago: este Boca no tiene recambio. El plantel quedó corto y las alternativas que aparecen desde el banco de suplentes no resultaron. El 2024, un claro ejemplo de esto.
Más allá del sistema táctico elegido, del trámite propio que pueda tener cada partido y de las decisiones del DT, un equipo competitivo se construye con los que inician, pero más aún con los que saltan al campo de juego desde afuera.
Los ciclos de Carlos Bianchi y Alfio Basile, dos de los técnicos más exitosos en la rica historia del Xeneize, son muestras claras de lo planteado anteriormente.
Gago buscará elevar el nivel del plantel.
Tercera obligación: la cantidad de dinero que ingresó
Uno de los puntos positivos de la gestión futbolística pasa por las ventas de los jugadores juveniles. En el lapso de los últimos dos años y medio, Boca recaudó más de 100 millones de dólares gracias a los traspasos de Equi Fernández, Langoni, Anselmino, Medina, Varela, Barco, Vázquez, Retegui, Ávila, Sández y Roldán.
Lejos de la realidad que atraviesan otros equipos grandes, como San Lorenzo e Independiente, el Xeneize está en el momento justo para dar un salto de jerarquía en el actual mercado de pases, sacar la billetera y apostar fuerte pensando en lo que viene. El exigente calendario, que incluye Libertadores y Mundial de Clubes, así lo demanda.
Anselmino seguirá su carrera en Europa.
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