El 2025 ya nos pegó bastante. Por todas partes y desde principio de año. Lo de Alianza Lima, el clásico perdido en Núñez, la eliminación contra Independiente, el empate contra Auckland City, un equipo semi-amateur, en el Mundial de Clubes y la mala sangre que nos causó esa histórica racha sin triunfos.
Sin embargo, casi de manera inesperada, parece querer darnos una oportunidad para que la sonrisa se nos vuelva a dibujar en la cara, aunque sea por unos días. El domingo tiene que ser nuestro día. El día de Boca. No la dejemos pasar.
Ganar para la gente
Como a lo largo de otras temporadas negativas de nuestra historia, la gente jamás le dio la espalda a los colores y demostró una fidelidad absoluta hacia el escudo y la camiseta.
El movimiento popular más grande del mundo no solo se hizo sentir en La Bombonera, sino también en Lima, Miami, Nasvhille, Mendoza y Florencio Varela. “A mí no me importa que vayas primero, yo lo sigo a Boca porque yo lo quiero”, reza una de las canciones que más y mejor explican nuestro sentir.
Hay un pueblo entero que espera que ganen el partido del domingo para olvidar las penas diarias que pone la vida y también el fútbol. Llegó la hora de hacerlo feliz. Vale todo menos fallarle.

La hinchada de Boca siempre a la altura. Foto: Getty.
Ganar para clasificar
Ganar la Copa Libertadores de América es más difícil de lo que muchos creen. Los datos no mienten: se juega desde 1960 y solo pudimos levantarla seis veces. Al parecer tan sencillo no es. Por eso, sostengo que alzar el trofeo nunca será la obligación máxima, tal como si lo es jugarla y ser parte de la competición que nos atraviesa por completo.
Un triunfo contra River nos depositará directamente al lugar del cual nunca debimos haber salido. Quizá, por si hace falta una motivación extra en la previa del Superclásico, el domingo es otro buen día para recordar que lo sucedido en 2024 y 2025 no puede repetirse nunca más.
Por lo que representa, por su historia, por su chapa y estirpe copero, y por el presupuesto que tiene, Boca debe apagar la TV, soltar el control remoto y volver a vivir la Copa desde adentro.

Boca pelea por meterse en la próxima Copa Libertadores.
Ganar para darles otro empujón
Si hay un partido para no perdonar es el del domingo. Nosotros no somos una máquina, pero hay que asumir el protagonismo y decir que llegamos bastante mejor que ellos.
Lo sucedido el pasado fin de semana es el fiel reflejo de la situación: horas después de que Miguel Merentiel le gritara a la cámara ‘¡aguante Boca, carajo!’, en Núñez entonaron el ‘que se vayan todos, que no quede ni uno solo’. Dos realidades opuestos.
Salir a ganar, no achicarse, no especular y hacerle caso a otro de los temas que componen el cancionero boquese: “ponga huevo y vaya al frente, vamos Boca no le falles a tu gente”. Es por ahí.

El domingo, ¡todos juntos! Foto: Getty

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