
Boca igualó ante River por 2-2 en La Bombonera. El campeón de la Copa Libertadores se definirá en la cancha del máximo rival. El Xeneize irá por la gloria.
Fue una final intensa como se pensaba. Hubo poco lugar para el fútbol: el protagonismo se lo llevó el ímpetu de ambos equipos.
Wanchope Ábila jugó un partido magistral y abrió el marcador para el Xeneize. En dos intentos, pudo vulnerar a Armani y desatar la locura.
Pero duró poco. La defensa, de flojo partido, no estuvo nada atenta y River lo igualó en la jugada siguiente por medio de Pratto.
La lesión de Pavón hizo que Guillermo lleve a cabo el plan de la semana. Puso a Benedetto y otra vez le salió bien: el Pipa metió un golazo sobre el final de la primera parte y Boca otra vez estaba arriba.
En el complemento, el juego se desvirtuó y fueron muchas jugadas aisladas cagadas de intensidad. River encontró el empate en un tiro libre frontal que termina metiendo Izquierdo en contra.
Entró Tevez para cambiar los ánimos. Boca buscó, empujado por su gente. El gol no llegó y la serie está abierta. Lo dicho: será una final a todo o nada en el Monumental. A jugarse la vida. La gloria está al alcance.