
El regreso de Román no fue el ideal, pero su nivel fue de lo mejorcito en la dura derrota ante Unión. La magia está de vuelta, pero no alcanzó para levantar el flojo presente colectivo.
Hace un mes trascendió una famosa frase que aparentemente le dijo Riquelme a Bianchi, cuando el enganche revió su decisión y decidió volver a vestir la camiseta del club de sus amores. Ayer, un mes más tarde, Boca cayó por 3 a 1 contra el conjunto santafesino y el regreso del diez al jardín de su casa se vio altamente empañado por el resultado y el flojo nivel del equipo. “Si tenemos que sufrir, suframos juntos”, palabras precisas para describir este presente xeneize.
A pesar de estar ocho meses inactivo de competencia, a Román se lo vio bastante bien por varios tramos del partido y, en otros, cansado como él después dijo. Logró aguantar los 90 minutos. Y si bien todavía no es ese Riquelme que todos desean ver, con tan sólo un poco de lo que demostró anoche le bastó para reafirmar que aún se encuentra vigente.
Como siempre conciso con la pelota a sus pies, el “10” fue uno de los jugadores con más claridad que tuvo el equipo y el baluarte para la organización de todos los ataques. Llegó y mucho al arco defendido por Perafán, pero el gol se le negó en cinco claras oportunidades. Junto con él, se destacaron Erbes y el juvenil Palacios. La actuación del conjunto, las constantes distracciones y reiterados errores terminaron dejando a Boca otra vez en jaque.
El catalogado, por muchos, “Salvador” y su magia están de vuelta. El “Virrey” dijo hace un tiempo que acá se salvaban todos juntos. En una vuelta empañada por el resto, el salvador no fue salvado.