
A 10 años de la consagración en Japón ante Milan, el entrenador recordó la obtención del título y se mostró optimista de cara al futuro: “El club va a volver a ganarlo, no tengo dudas”.
En diálogo con Clarín, Carlos Bianchi repasó aquel desafío, en su segundo ciclo como técnico de Boca Juniors:
“Fue un momento muy importante y muy lindo. Como tantos otros, pero distinto también. Era una parada muy difícil, ante un rival enorme, pero el equipo que teníamos logró entender que, a pesar de no ser nada del otro mundo, con profesionalismo y con constancia se podían llegar a lograr cosas”.
“Hay que recordar que yo había vuelto al club después de un año en el que me había ido y me encontré con un grupo un poco diferente al anterior. Con algunos jugadores que no conocía. Pero fueron pasando los meses y nos armamos muy bien. Logramos ganar la Copa Libertadores y, con el mismo ritmo, logramos llevarnos el campeonato local. Y quedaba jugar la Intercontinental”.
Además, resaltó que a pesar de no tener en las mejores condiciones a Carlos Tevez y Guillermo Barros Schelotto, dos jugadores clave, el equipo sacó adelante el partido:
“Nosotros veníamos con varios problemas. Lo habíamos tenido a Tevez con una entorsis de rodilla. Y no había hecho fútbol en 45 días. También estaba Guillermo, que volvía de una lesión. Entonces, tuve que tratar de balancear y hacer jugar un rato a uno y un rato a otro. Guillermo hizo 60 minutos y después Carlos jugó los otros 30 más la prolongación”.
“Increíblemente, el que jugó todos los minutos fue Iarley, que era el más viejo. El fútbol es así. Jugamos un partido bastante de igual a igual y nos lo llevamos en los penales, para alegría de todos”.
Le dedicó un párrafo aparte al equipo italiano, el rival:
“Era un equipo muy difícil. Ese Milan era el mejor de Europa. Tenía a un goleador tremendo como Shevchenko, que estaba en su mejor momento y era muy peligroso. Pero el equipo estuvo a la altura y creo que logramos dar la talla del desafío. Por suerte, pudimos empatar rápidamente después del gol de ellos. Eso fue clave”.
En lo personal, explicó lo que significa llegar a la cima del mundo:
“Es algo soñado. Yo lo logré la primera vez con Vélez. Y pude llegar dos veces más. Para mí era inimaginable ser campeón del mundo. Era una utopía ser campeón del mundo. Una utopía que uno puede llegar a lograr. Es tan lindo ser campeón del mundo. De lo más lindo que uno puede experimentar en el fútbol”.
Sobre el cierre, aseguró que el Xeneize volverá a los primeros planos del ámbito internacional:
“Yo pienso que Boca es un equipo que tiene mucha familiaridad con esos títulos. El club va a volver a ganarlo. No tengo dudas”.