En esta sección, hablamos exclusivamente de fútbol: esquemas, cambios, asociaciones y más. En esta entrega, la victoria del Xeneize en La Bombonera.
Formación inicial: la lesión de Erbes obligó al DT a improvisar con Méndez como lateral derecho. El resto de la defensa fue la misma que enfrentó a Argentinos. Por fin se dio: Gago y Riquelme jugaron juntos desde el inicio. Fernando arrancó en el centro, tirado a la derecha, como lo hace en la Selección. Román, como siempre, se orientó hacia la izquierda. Ledesma quedó como centrocampista y Sánchez Miño empezó en la banda pero fue cerrándose. Martínez suelto adelante con Gigliotti como referencia de área y pivoteando en varias ocasiones.
La presión de Quilmes: en el arranque se vio una excesiva tenencia de pelota por parte de Boca, pero sin lograr profundidad en los ataques. Esto se debió al achique del equipo visitante, quien tuvo un buen trabajo en la marca en el primer tiempo. Los de Vivas presionaron siempre que el Xeneize cruzó la mitad de la cancha. Por eso le costó en un principio a los de Bianchi.
El 1 a 0: Riquelme recibió y pensó rápido. Al frenar la pelota, esta se levantó y el enganche aprovechó para asistir de aire a un Gigliotti que se desmarcó en el momento justo. Gran definición del delantero.
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Riquelme y Gago: ¿no podían jugar juntos? Fernando se paró en el mediocampo y fue parte de la gestación de las jugadas. “Pintita” fue el armador en los comienzos de los avances de Boca. Román fue el de siempre: su aporte en tres cuartos de cancha fue clave, dio una asistencia y se lo vio más que cómodo. Se buscaron muchas veces y todas generaron peligro. Es el comienzo de una dupla que ayudará mucho al equipo.
Otra vez los problemas de definición: Boca genera muchas situaciones de gol, pero sigue fallando a la hora de concretarlas. “Hay que calibrar la mira”, había dicho Bianchi en la conferencia del viernes. Sigue siendo el punto a mejorar.
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El 2 a 0: la defensa de Quilmes quedó mal parada: Gago robó la pelota y se la dio a Sánchez Miño. El volante desbordó y le sirvió el segundo gol a Gigliotti, que no falló de cabeza.
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Los cambios de Bianchi: el primero, obligado. A los 3 minutos, Ribair se fue lesionado y entró Matías Caruzzo, quien redondeó una buena actuación. Gonzalo Escalante entró por Martínez para darle más soltura al medio campo. Claudio Riaño reemplazó a Riquelme y jugó en la posición del “Burrito”.
Para trabajar: afinar la puntería, en un Superclásico no se puede fallar en definición.
