En esta sección, hablamos exclusivamente de fútbol: esquemas, cambios, asociaciones y más. En esta entrega, el empate del Xeneize en La Bombonera.
Formación inicial: la convocatoria de Orion a la Selección obligó a Bianchi a poner a Trípodi. Las lesiones pusieron varias dudas en la semana pero finalmente todos llegaron y, salvo por el arquero y el regreso de Ledesma, se repitió el equipo que ganó el Superclásico. La falta de Gago, de todas formas, era resonante. Erbes esta vez fue lateral derecho, ayudado por un Méndez que bajaba a colaborar. Del otro lado, Zárate no necesitaba subir tanto porque la banda era de Sánchez Miño y Riquelme. Martínez tirado a la derecha y buscando las diagonales para asistir a Gigliotti.
El 1 a 0: gran contragolpe, comandado por la velocidad de Sánchez Miño, quien supo administrar bien la pelota. Riquelme surgió como pase recto pero el volante eligió a Gigliotti, quien recibió y se acomodó como para asistir a Martínez, que esperaba en la derecha. La comodidad que le dio el defensor rival lo obligó a probar desde lejos y se metió en el palo derecho de Caranta.
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Los contragolpes: Central salió a buscar decididamente el partido desde el primer minuto. Esto favoreció al Xeneize, quien supo aprovechar los espacios que dejó el conjunto rosarino en defensa. El gol se origina por un contragolpe de Sánchez Miño, el que mejor los maneja. Esta acción se repitió a los 15 minutos, y casi termina en el segundo. También ocurrió a los 35, 42 y 69, aunque sin remate al arco. Buen recurso para los partidos de ida y vuelta.
Volvieron las fallas en la definición: Boca no supo cerrar el partido. Ganando 1 a 0, con comodidad y generación de jugadas de peligro, tuvo varios mano a mano que no concretó. Más por fallas de los definidores que por mérito del arquero rival. Al no agrandarse la diferencia en el marcador, el visitante se animó a más y así se emparejaron las acciones.
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El 1 a 1: floja marca de la defensa, y fortuna del delantero rival, quien toma el rebote y lanza un disparo flojo de fuerza pero certero y bien apuntado. El rebote desvía el disparo y toma por sorpresa a Trípodi, inmóvil.
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Los cambios de Bianchi: el más sorpresivo fue el de Federico Bravo por Martínez. Luego el DT lo justificó en que el “Burrito” había llegado con una fatiga al partido. De todas formas, pudo haber ingresado un delantero por afuera por Riaño, aunque si el resultado hubiera sido victoria esta acción no tendría debate. Luego, Gonzalo Escalante ocupó el lugar de Méndez. Cuando el “Canalla” empató el partido, el “Virrey” probó con Nicolás Blandi reemplazando a Gigliotti, pero había muy poco tiempo por jugarse.
Para trabajar: la definición, el partido pudo cerrarse mucho antes. Las desatenciones defensivas, sobre todo en momentos importantes del encuentro. Los cambios en función del resultado.
