Hace dos años, Martín Palermo convertía uno de los goles más importantes en su carrera: bajo la lluvia, le dio la victoria a la Selección Argentina ante Perú.
Tenerlo sentadito ahí, en el banco de suplentes, era extraño. Diego Maradona aguantó y, luego de la ovación y el pedido de los hinchas, sacó a Higuaín -hoy es el 9 indiscutido de la Selección- y metió al “Titán”. Se podría decir que lo hizo entrar casi por obligación. Más de un hincha le habrá gritado al televisor: “Dale Diego, estamos ganando, ponelo a Martín”.
Empata Perú. La Selección dirigida por Maradona sufría, temía y ponía en riesgo su clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010. Frustración en las tribunas, en el banco de suplentes y en los jugadores.
Luego de un córner y una serie de rebotes en el área, la pelota le cae a Federico Insúa, que tira un buscapié. Esa pelota se desvía, no importa en quién, y le queda a Martín, que sólo la empuja hacia la red. Euforia, gritos, abrazos y un llanto agradeciendo a Dios y a Stefano que aún hoy emocionan. Palermo lo hizo una vez más.
Miren lo importante que será ese momento que, si ponés en Youtube “Gol de Palermo a…”, se autocompleta la frase y, en primer orden, dice Perú.
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