Un 24 de febrero, pero de 2007, Palermo le convertía a Independiente desde atrás de la mitad de la cancha para un gol inolvidable.
En la cancha de Racing, debido a que el estadio del “Rojo” estaba en plena construcción, el local y Boca Juniors se medían por la tercera jornada del Clausura de aquel año. Y no iba a ser un partido más para el “Titán”.
El conjunto de Avellaneda se había puesto en ventaja con un gol de Emiliano Armenteros, pero en dos minutos y con un par de pases-gol de Riquelme, la visita lo dio vuelta gracias a Rodrigo Palacio y Neri Cardozo.
Con el 2 a 1 a favor, el elenco de La Ribera aguantaba el resultado y, en el último minuto, Martín Palermo robó un pelotazo de Rodrigo Díaz e impactó la pelota desde 61,2 metros para estamparla en la red ante la mirada atónita de propios y extraños para el 3 a 1 definitivo.
En conclusión, una obra maestra de un referente del gol. Una locura más de este inolvidable rompe redes que, contra todos los pronósticos, le convirtió de dicha manera por séptima vez a Independiente en su carrera.
