
Era un partido clave para seguir en pie en la Copa. Boca tuvo un arquero que no participó demasiado en el encuentro, pero cada vez que tocó la pelota, lo hizo con seguridad.
En principio, se encontró con el gol en contra de Clemente Rodríguez. Tras un centro bajo, el defensor sin querer, la metió en su propia valla.
Su juego con los pies fue regular. Alternó buenas y malas con algunos pelotazos sin la mejor dirección.
Utilizó muy bien las medidas del área para controlar los balones y anticipó a los delanteros varias en veces en distintos tiros libres que llegaron al arco.
Aunque no tuvo remates complicados en contra, el uno estuvo presente en los centros, algunos a media altura que embolsó y otros que controló arriba, muy seguro y sin inconvenientes.
Lamentablemente no se pudo mantener el arco invicto, pero igual no falló en ningún momento del encuentro y, como nos tiene acostumbrado, estuvo decidido en las pelotas altas que ingresaron al área.
En síntesis: Sin mucha participación, respondió cuando el equipo lo necesitó. Todo se va encaminando.