Un exjugador anunció que quiere tener lugar en la política del club. Mirá lo que dijo.
Boca se prepara para los comicios de diciembre. Y mientras los distintos frentes hacen campaña, cierran las listas, hablan de uniones y esperan por la decisión final de Juan Román Riquelme, algunos ídolos y exjugadores opinan sobre lo hecho por el oficialismo durante su estadía en el poder y lo que deparará del futuro del Xeneize.
En diálogo con Tiempo Argentino, Jorge Bermúdez volvió a emitir su pensamiento en relación a la institución de La Boca. No es la primera vez, suele hacerlo a través de su cuenta de Twitter de forma regular. Pero esta vez, en una posición de análisis, explicó:
“Se perdió en todos los aspectos. Cuando se habló de Boca, siempre se habló de un equipo aguerrido en lo deportivo, armado para ganar, para proponer, con decisiones en pos de lo colectivo, donde se pensaba en el socio y en la Bombonera como principal emblema, donde ser dirigente era lo único y lo máximo. Y desde hace mucho tiempo se perdió todo eso. Se comenzó a pensar en Boca como una propiedad privada, se representó mal al club en todos los estamentos, se hizo enemistad con otros clubes, y cuando Boca juega, el hincha está sujeto a sufrir, a tener que pasarla mal, a hacerse mil preguntas de por qué este jugador está ahí, y por qué tal ya no está, y por qué siempre el VAR nos hace daño. Es de una decadencia total y absoluta lo que ha sido Boca en los últimos ochos años”.
Además, criticó duramente a la actual dirigencia gestionada por Daniel Angelici:
“Se está lejos en la identidad entonces no te puede representar un equipo en lo deportivo, en la actitud, en el querer comerse el mundo con la camiseta de Boca. Cuando jugadores llegan a Boca ya les dicen que dentro de seis meses los van a venir a ver del Cagliari, que se van a Francia. Esos jugadores no dejan huella y no terminan nunca de asumir que la gloria está en Boca. Con la camiseta de Boca no se puede jugar a estar seis meses. En mi posición, en los últimos ocho años, pasaron más de 15 jugadores, una cifra escandalosa. En la época anterior se sabía quién era el 4, el 2, y si se vendía el 6 en 19 millones, había un chico que se promovía. Eso es identidad, y la identidad trae mística, y la mística, resultados, y la coherencia, logros. Así como se está trabajando en Boca es imposible”.
Por último, respondió si tenía miedo a meterse en la política de la institución de cara a las elecciones presidenciales del próximo 8 de diciembre:
“A lo único que le tengo miedo es a Dios, que está arriba de todo. Abajo somos todos iguales. No quiero ser espectador de otro tiempo más de Boca dando lástima. Mi conciencia está tranquila: lo que digo es por principios. No me postulé ni perseguí a un político para que me garantizara una labor. Lo hice desde mi compromiso con Boca, desde lo que hice como capitán representando a ese plantel que le tocó pararse ante el entrenador y decirle: “Profesor Bianchi, no viajamos a Brasil porque no nos pagan los premios hace cuatro meses”. Con esa misma actitud, me paro ante los socios y digo que hay que elegir bien, que después no vale ir al estadio a renegar, no vale estar viendo cómo celebra el vecino, porque la culpa es nuestra. Sueño con participar. Quisiera estar dentro del club, a veces siento que estar desde afuera es muy doloroso”.
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