El encuentro arrancó con polémica: al minuto, un tiro libre de Riquelme dio en el palo (llegó a tocarla Olave) y en el rebote Blandi la metió, pero el juez de línea determinó que la pelota no había entrado en su totalidad. En la repetición de la transmisión televisiva pudo apreciarse que fue gol.
En medio del descontento de los hinchas con la terna arbitral por el fallo, el conjunto azul y oro fue haciéndose dueño del juego, pero no generaba situaciones concretas. Para colmo, a los 29 minutos, el capitán encendió la alarma: Riquelme se fue con una molestia y en su lugar ingresó Sánchez Miño.
La salida del enganche hizo que Boca pierda intensidad y claridad en el armado. Sin mayores emociones, culminó la primera parte.
El complemento tuvo la misma tónica, pero con un Belgrano qur se animó más: a los 9 minutos, Fernándo Márquez probó desde lejos a Orion, que respondió bien.
El equipo de la Ribera no mostraba mejorías y la gente se encendió: todo el estadio cantó, pidiendo una victoria. A los 17, Marín remató desde media distancia y su disparo se fue muy cerca del palo derecho. Boca avanzaba con más impetu que fútbol.
Y así llegó una de las jugadas más claras: un cabezazo de Erviti pudo ser el gol de la victoria, pero la atajada de Olave lo impidió. Bianchi movió el banco y mandó a Escalante a la cancha, en lugar del mencionado Erviti. Antes, Magallán hizo lo propio por Caruzzo.
Faltando seis minutos para el final, “Pol” Fernández tuvo la jugada del partido, pero falló un mano a mano inmejorable. Luego un cabezazo de Magallán se fue muy cerca, y Orion tapó un fuerte disparo de Carranza. Pero la historia ya estaba escrita. Fue empate sin goles en La Bombonera, que deja a Boca con 9 puntos, muy lejos de los primeros puestos.