“Esa final me marcó de por vida”, le contó a Planeta Boca. Repasá la entrevista completa.
Boca es un club capaz de cambiarte la vida para siempre. No importa que seas dirigente, jugador, hincha o un simple simpatizante del fútbol que se choca con los colores azul y oro. Cuando el Xeneize llega a tu encuentro, ya nada vuelve a ser igual. Y si no lo creen, pregúntenle a Matías Abel Donnet.
Puchero -como lo apodan en este mundo- disputó 88 encuentros oficiales defendiendo el manto sagrado. Sin embargo hubo uno de esos que lo marcó para la eternidad y fue el del 14 de diciembre de 2003, en Japón. Aquel día, Boca se enfrentó al Milan de Italia en la final de la Copa Interncontinental y terminó quedándose con el trofeo tras vencerlo en los penales. El momento de Donnet, quien también marcó desde los doce pasos, había sido durante los 90′ cuando tuvo el privilegio de poner el 1-1 parcial.
“En el momento del gol sentí una felicidad enorme, algo que no se puede describir. Se me pasó mi familia, mis amigos, los hinchas que viajaron hasta allá. Fue una mezcla de emociones tan linda”.
Luego del tiempo suplementario, que pareció eterno aunque Boca pudo haberlo ganado, llegó la bendita definición desde el punto del penal. Con Robberto Abbondanzieri como héroe absoluto, los de la Ribera terminaron festejando y llevaron la copa para la Argentina:
“Cuando me tocó a mí, estaba tranquilo porque ya habían errado como tres, ja. De verdad, teníamos toda la confianza por parte de Bianchi. Él no tenía designado quiénes íbamos a patear, sino que preguntó y fuimos 5 los que levantamos la mano. Eso es confianza pura”.
“Cuando vi que el penal de Cascini estaba entrando al arco fue una sensación tremenda. No debe haber una cosa más parecida a esa, encima porque estábamos vistiendo la camiseta de Boca. Ya con el triunfo, en el vestuario nos soltamos más y festejamos mucho. No era como ahora que se pone música, se sacan fotos con el celular y todo eso. Los recuerdos están en la cabeza”.
En diálogo con Planeta Boca Juniors, el nacido en Santa Fe también se tomó unos minutos para hablar de Carlos Bianchi:
“Nos habló muy poco del partido. Se refirió más a hablarnos de los sentimientos de la familia, de los hinchas, de los compañeros que no habían viajado y se quedaron en la Argentina, de los que habían ido al banco, etcétera. Nos dijo que valoremos y nos demos cuenta de la posibilidad que teníamos”.
Donnet no olvida su paso por Boca y durante los 365 días del año agradece a la vida por haber defendido la camiseta más popular del país:
“Boca, a nivel deportivo, fue todo. Me dio la posibilidad de estar en momentos únicos e irrepetibles. Sin dudas que me marcó de por vida en aquella final, que me permitió entrar en la historia de un club tan prestigioso. Con los años tomo conciencia de lo que vivimos, soy un privilegiado y estaré eternamente agradecido”.