Ninguno de los cuatro zagueros que tiene hoy Boca logró afianzarse. ¿Quiénes deben ser los dos titulares?
Parece mentira pero es así. Las estadísticas favorables de goles en contra (el equipo de Guillermo Barros Schelotto es uno de los que menos goles recibió en el campeonato hasta hoy) del actual torneo local van en contra de uno de los problemas que tiene Boca con su defensa. Y especialmente para encontrar la pareja de centrales ideal, la cual todavía continúa en proceso de captación.
La salida de Daniel Díaz hace 8 meses hizo que el Xeneize perdiera esa voz de mando que todo equipo precia para salir de cualquier apuro en el partido que sea. La vuelta de Fernando Tobio del Palmeiras y el retorno de Lisandro Magallán de su préstamo llenaron ese hueco que dejó el ex Colón si le sumamos los dos nombres que ya estaban en el plantel: Santiago Vergini y Juan Manuel Insaurralde.
Sin embargo, el técnico del elenco auriazul no encontró solidez defensiva en los cuatro zagueros ni hasta cambiando los intérpretes de 2 a 6 y viceversa. Hasta se recomienda tener un central zurdo para un mejor perfil e Insaurralde lo es, pero ni el ex Newell’s dio muestras de garantía. Entonces la cuestión es: ¿el problema es falta de confianza o de jerarquía?
Una posible respuesta podría ser que los dirigentes no pusieron la plata necesaria para contratar un defensor de nivel de selección como Gustavo Gómez o Paolo Goltz, cada uno en mercados de pases diferentes. Otra probable razón sería las constantes modificaciones en la zaga central de la última línea que no decantan nunca en la dupla ideal que pregona el entrenador de turno.
En conclusión, más allá de lo que el hincha de Boca opine o diga, el que debe resolver ese dilema propuesto en la nota es el mismo Guillermo Barros Schelotto a medida que las prácticas vayan sucediendo. Aldosivi será la próxima prueba el sábado en Mar del Plata para comenzar a ver y probar cuál dupla es la más confiable. Un indicio: Magallán subió en la consideración del DT.