Al enterarse de su decisión de retirarse, Carlos Bianchi escribió una carta dirigida a Guillermo Barros Schelotto recordando lo que fue como jugador. Pasá y leé.

Qué podemos decir de Guillermo que no se haya dicho o escrito. Decir que tal vez se va el último jugador de potrero, del verdadero y no de éstos que juegan en campos sintéticos o en escuelas de fútbol en las que los formadores piensan más en qué club colocarlos cuando tienen 12 ó 13 años. Si hay una palabra para calificar el juego de Guillermo es IMPREVISIBLE. Por más que uno supiera lo que iba a hacer, él cambiaba a mitad de camino y hacía una jugada impensada.

Fue un ganador nato a pesar de no contar con grandes condiciones físicas, podía ponerse a la par de cualquiera solamente por el orgullo de salirse con la suya. Demostró en más de 15 años todas las facetas de un jugador habilidoso y rebotero: siempre salía bien parado de los barullos que él generaba.

Si hablamos del hombre, debemos decir que es una persona leal en sus principios, familiero, respetuoso, cascarrabia, honesto y a veces un poco infantil a pesar de su imagen de vivo. Siempre recordaré con mucho cariño una situación que pasó una vez en la Bombonera… Después de sacarlo en un partido, y cuando paso a mi lado, le dije: “Calmate y sacate todos los berretines que tenés en la cabeza”. ¿Qué pasó? Luego de unos minutos, yo estaba al lado de la línea de cal y se me acercó, y con mucho respeto me preguntó: “Disculpe, Carlos, ¿qué quiere decir berretines?”. Lo miré y me puse a reír solo, pensando que dentro del fastido que tenía por el cambio él se había preocupado por lo que le había dicho, demostrando en el fondo una cierta inocencia que da placer ver y sentir. Esto es lo feo cuando deja de jugar alguien que no debería dejar nunca.

Cuando me retiré, lo tomé con mucha filosofía, sabiendo que toda mi vida había tenido el placer de disfrutar cada momento. Y Guillermo debe de estar pasando por lo mismo. Felicitaciones, Guille, tuviste una larga y linda carrera con lo que soñamos de chico, coronada con una larga trayectoria muy merecida. Con todo mi sentimiento, Carlos.