En exclusiva con Planeta Boca Juniors, el brasileño recordó su conquista ante River, en el 2-0 del Apertura 2003. “Solamente se escuchaban los hinchas de Boca”, agregó.
Una voz inconfundible responde del otro lado del teléfono a nuestro llamado. Es Pedro Iarley, que a sus 37 años continúa proponiéndose objetivos ambiciosos. Este año, regresó al Goiás, club donde había estado entre 2008 y 2009. Tras el descenso sufrido en la última temporada, tiene la difícil misión de colocarlo nuevamente en la máxima división del fútbol brasileño.
La propuesta de recordar su paso por el conjunto Xeneize parece gustarle a Iarley, que se sumerge en el túnel del tiempo sin problemas…
Luego de haberle convertido un gol a Boca Juniors en el histórico triunfo de Paysandú en La Bombonera, por la Copa Libertadores 2003, el brasileño se sumó al equipo campeón de América para ocupar el lugar que había dejado vacante Marcelo Delgado.
-¿Cómo fue su primer contacto con Bianchi?
-Bianchi me dejó tranquilo, me dio confianza. Yo le agradezco todo porque él confió en mí, fue una persona muy importante. De a poquito fui demostrando mi juego y a él le gustó.
-¿Qué fue lo que más lo sorprendió del Mundo Boca?
-El club, la pasión, la manera con la que la gente vive el fútbol. Mi paso por Boca es algo que guardaré para siempre, hasta el día de hoy recuerdo todos los momentos que pasé ahí. Fue un año que lo he vivido con mucha intensidad.
-Tuvo grandes actuaciones en los partidos más complicados para el equipo como ante Racing, San Lorenzo, River y Milan. ¿Le gustaba jugar esa clase de partidos?
-Yo siempre tuve buenas actuaciones en partidos definitivos porque me preparaba especialmente jugarlos. En esos encuentros es donde se hace el gran jugador.
-Hoy se cumplen 8 años del clásico en el que Boca le ganó 2-0 a River, con un gol suyo y otro de Sebastián Battaglia. ¿Cómo vivió la previa a su primer superclásico?
-Estaba un poco nervioso y ansioso porque se hablaba mucho del clásico, algo muy especial para la afición, para el club. Una vez que arrancó el partido, con dos o tres jugadas que hice en el inicio, ya me sentía cómodo y me empezaron a salir las cosas como yo quería. El equipo estaba muy bien aquel día y conseguido una victoria muy importante.
-¿Recuerda cómo fue aquel gol? La jugada nació por no dar la pelota por perdida…
-Lo recuerdo muy bien. Yo peleé la pelota con (Ricardo) Rojas sobre la raya y después lo encaré a (Horacio) Ameli .Tuve un poco de suerte porque se chocaron entre ellos y ahí aproveché a patear al palo de Constanzo. Fue un bonito gol. A partir de ese partido tanto los hinchas como en el club ya me veían con otros ojos.
-Encima, con ese tanto sentenció el clásico…
-Con el gol silencié el estadio. Los hinchas de River se callaron y solamente se escuchaba a los de Boca. Tras el 2-0 nosotros seguimos presionando en la cancha y, al final, los aficionados de River ya no se escuchaban más.
-Los entrenadores y jugadores que vivieron un Boca-River desde adentro dicen que es un espectáculo único en el mundo, ¿qué opina usted al respecto?
-He vivido otros clásicos, pero la verdad el sentimiento que hay ahí es inconfundible. Es algo muy fuerte, que para los que estamos adentro de la cancha es muy especial.
-A la fecha siguiente, el que lo sufrió fue San Lorenzo. Volvió a convertir en otro partido trascendental y le dejó servido el torneo a Boca…
– Era un partido importante porque San Lorenzo estaba peleando con nosotros y si ganábamos le sacábamos muchos puntos. Tuve una actuación muy destacada, las cosas me salieron bien y tuve la felicidad de hacer el gol. Ahí ya quedamos muy cerca del título.
-¿Cómo vivió la obtención de su primer título en el club?
-A pesar de que ya era un jugador de experiencia, para mí fue el primer título importante y lo viví como si fuera el inicio de mi carrera. A partir de ahí le agarré el gustito al campeonato y me mentalicé en pelear cosas importantes hasta el final de mi carrera.
-La frutilla del postre fue la coronación con el Milan en Japón, ¿cómo fue esa experiencia?
-Éramos nosotros contra todos: la prensa del mundo y todo el público en general daba como campeón al Milan. Al partido llegamos con mucha confianza, callados, tranquilos. Teníamos bien en claro lo que íbamos a hacer adentro de la cancha. Jugamos muy bien, de igual a igual ante un gran rival y yo creo que el triunfo fue merecido. En lo personal, con el título consagré una gran carrera en un club muy importante como Boca. Ese hito me sirvió para empezar a poner mi nombre en el mundo del fútbol.
-¿Cuáles son las anécdotas que más recuerda durante su paso por Boca?
-Con Schiavi y el “Pato” (Abbondanzieri) en el plantel hay muchas historias para contar. Me acuerdo que una vez el “Flaco” me robó la mochila de concentración y la escondió en la parrilla donde hacíamos los asados antes de ir al hotel. Yo me quedé en el hotel sin ropa, sin cepillo de dientes, sin nada. Otras veces el “Pato” agarraba mi bolso y ponía los huesos del pollo y de asado, je.
-En 2004 finalizó el préstamo y el club decidió no renovarlo, ¿le hubiese gustado seguir?
-Obviamente que sí, estuvimos negociando para ver si podía continuar un tiempo más, pero no se pudo dar y no guardo rencores. De cara al próximo año Boca quería armar un equipo más joven y no entraba en los planes. Igualmente, lo que quería hacer en la institución, lo hice: salí campeón y contribuí al equipo durante ese año.
-¿Le quiere dejar algún mensaje a los hinchas de Boca?
-Quiero agradecerles por el apoyo. Yo tengo un recuerdo muy especial de todos ellos, echo mucho de menos todo lo que viví ahí. Soy un aficionado más de Boca que sigo acompañando desde acá y siempre voy a estar. Quizás en un futuro esté por ahí, viendo los partidos en La Bombonera.
-¿Ve los partidos de Boca desde Brasil?
-Sí, aquí hay un canal que pasa los partidos y siempre que puedo sigo por Internet todas las noticias del club.
-¿Cree que Boca va a quedarse con el Apertura?
-Sí, yo creo que sí, este año tiene que salir campeón. Ya hemos sufrido demasiado en torneos anteriores, je.