Martín Palermo se puso por última vez la camiseta de Boca, club en el que se convirtió en ídolo y máximo goleador histórico. El Loco no pudo meterla pero en la última pelota que tocó, asistió a Cellay para el empate agónico.
Qué rápido pasó todo, que atrás quedó ese pasado 3 de septiembre de 1997, día en el que un desconocido Martín Palermo tuvo su primera presentación con la camiseta azul y oro. Muchísimos goles pasaron, exactamente 236, desde aquel primero que le convirtió a Independiente el 30 de septiembre de ese año.
Hoy, casi 14 años después, la película de ese muchacho rubio proveniente de Estudiantes de La Plata que además de convertirse en el máximo goleador en la historia de Boca Juniors, pasó a ser un ídolo de todo hincha, capitán y referente tanto afuera como adentro de la cancha, lamentablemente llegó a su fín.
En el último capítulo de esta loca historia, el protagonista del film se enfrentó al rival de toda su vida y al que más goles le convirtió a lo largo de su carrera: Gimnasia y Esgrima de La Plata, con 15 gritos.
En el balance de los 90 minutos, el partido del Titán no fue bueno. En el primer tiempo tuvo algunas situaciones como ese claro mano a mano, tras una excelente asistencia de Juan Román Riquelme, que terminó tapando Fernando Monetti.
Durante el resto del partido casi no tuvo participación. Todo parecía indicar que el final no iba tener uno a lo Palermo pero, como siempre sorprendió, en algún momento tenía que aparecer y justo lo hizo para amargar al Lobo. En la última pelota que tocó como jugador profesional, Palermo asistió con un cabezazo a Christian Cellay para que este solito la empujara y marcara el empate definitivo en el final, obligando al rival a jugar un desempate con Huracán, quien volvió a vivir, para conocer cuál de los dos terminará descendiendo directo al Nacional B.
Algún nene dirá por ahí que este tipo fue un tronco con los pies pero ¿a quién carajo le importa eso? A partir de hoy, Boca perdió a un verdadero sinónimo del gol y, aunque se hable de jugadores como Viatri o Silva, será muy difícil reemplazarlo.
Para cerrar, simplemente muchas gracias Martín Palermo, por todos los goles, las alegrías y los lindos momentos y recuerdos que le diste al hincha xeneize. ¡Hasta siempre Titán!