Gracias a una genialidad de Riquelme, Boca se trajo un triunfo de Santa Fe. El cambio de esquema mostró un equipo firme para defender pero con pocas ideas y juego a la hora de atacar.

“Fue un equipo muy seguro, muy firme, que intentó jugar y que no lo rompieron nunca. Nos faltó un poco más de juego pero creo que fue importante para sostener el cero y darle tranquilidad al equipo”, fueron las palabras que usó Julio César Falcioni, una vez terminado el partido, para describir el funcionamiento de sus once dirigidos.

El técnico se arriesgó a hacer cinco cambios en el equipo y a modificar el sistema táctica para tratar de cumplir su máximo objetivo: dejar el arco en cero y ganar como sea.

Si hay algo que nos mostró el Boca de ‘Pelusa’ en estas siete fechas, fue que priorizó alinear y bloquear las líneas del fondo y ayer no fue la excepción. La defensa estuvo firme, por lo menos, cuando el rival intentaba entrarle por abajo.

La línea de tres (Cellay, Caruzzo e Insaurralde), acompañada por los carrileros (Calvo y Clemente) y un cinco tapón (Somoza), hicieron una aceptable tarea y casi no tuvieron complicaciones. Todavía, es cierto, quedan dudas en las jugadas de vía aérea. Se sigue perdiendo y sufriendo en cada pelota parada que cae en el área ‘Xeneize’.

¿Qué pasó con el juego? Es una deuda que tiene este equipo desde hace un rato largo. Sigue sin aparecer pero ayer hubo intenciones. Riquelme, Chávez y Erviti trataron de triangular, y por momentos lo hicieron bien, pero hubo muchas imperfecciones y pases erráticos en los últimos metros. También les faltó el acompañamiento de los carrileros, en especial de Calvo. Clemente subió y fue una descarga constante para JR, pero todavía le falta.

En cuanto a Palermo, se lo vio perdido y muy lejos del arco. Tuvo sus chances de romper esa maldita sequía sin goles en lo que va del campeonato, pero lamentablemente sigue errado en la definición. Solo y lento arriba, Colón no tuvo problemas para salir jugando. El ingreso de Viatri le dio frescura y presión al equipo en los últimos metros. En 25 minutos de juego que estuvo en el campo, el delantero recuperó tres pelotas y tuvo dos chances claras de anotar el segundo.

Se ganó gracias a una genialidad del 10. Si Román no hubiese clavado ese tiro libre, la historia en el día de hoy sería totalmente distinta.

Son tres puntos importantísimos, que le da un respiro al técnico y tranquilidad al grupo para trabajar pensando en lo que se viene. Hoy la idea es ganar como sea. Todavía hay cosas que dejan que desear y hay mucho por mejorar.