A los 74 años, el defensor brasileño que pasó por Boca Juniors murió tras sufrir un ataque cardíaco.

El fútbol está de luto. Uno de los mejores zagueros de toda la historia, que supo conquistar la Copa del Mundo en 1958 con su selección, dejó de estar entre nosotros.

Llegó a Boca Juniors, desde Vasco da Gama,  en 1961 por expreso pedido de  su compatriota Vicente Feola, entrenador que ya lo había dirigido tres años atrás, cuando Brasil alcanzó la cima a nivel mundial.

Rápidamente se convirtió en ídolo de la hinchada, al demostrar su compromiso y sacrificio constante. Supo ser capitán del equipo, con el que disputó 119 partidos oficiales (incluyendo Copa Libetadores) y obtuvo tres torneos locales: 1962, 1964 y 1965.

En 1965 dejó la institución de la Ribera para sumarse al Santos de Brasil y luego terminar su carrera, en 1970, en el Vasco da Gama, club que lo vio nacer.

Se nos va un grande, pero su recuerdo siempre quedará guardado en el hincha del fútbol y, obviamente, en el corazón de los xeneizes.