Frank Fabra, nuevo refuerzo de Boca, se convertirá en el decimotercer jugador colombiano en vestir la camiseta azul y oro. El lateral que puede debutar el próximo sábado, en Mendoza, ante River Plate tiene a un gran número de colegas que dejaron grandes huellas en la historia del club.
Empezando la lista por el “Mono” Navarro Montoya, primer cafetero en llegar al club, defendió por ocho años los tres palos en La Boca y consiguió cinco títulos.
A fines de los 80, arribó Walter Perazzo. En sus dos años ganó la Supercopa de 1989 y la Recopa de 1990.
En 1994, César Luis Menotti era el entrenador de Boca, que debió optar por el brasileño Ronaldo o por John Jairo Tréllez. Lo cierto que se inclinó por el colombiano, que poco deslumbró en el conjunto de la Ribera.
Más tarde, Óscar Córdoba, se adueñaría del arco Xeneize entre 1997 y 2001 consiguiendo dos Copas Libertadores, una Intercontinental y tres títulos locales, convirtiéndose en uno de los grandes y recordados ídolos del club.
Otro de los máximos ídolos y referentes, en la defensa, fue Jorge “El Patrón” Bermúdez quién compartió plantel con Córdoba, igualando sus seis títulos.En el mediocampo, aparece el recordado Mauricio “Chicho” Serna, que llegó a Boca en 1998 y se consagró tras ganar dos campeonatos seguidos, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental.
Macri quiso seguir apostando por el éxito de jugadores cafeteros. Tal es así, que llegó Arley Dinas en 2002. Lo cierto que su paso por el club fue prácticamente desapercibido.
Luis Amaranto Perea también logró ganar el Torneo Apertura y la Copa Intercontinental en el 2003. Ya en la historia más reciente, Fabián Vargas logró ganarse a la hinchada Xeneize conquistando siete títulos entre los que se encuentran una Copa Sudamericana y tres Recopas.
Dos que tuvieron breve paso fueron Gerardo Bedoya, que llegó para jugar la Sudamericana y Boca terminó siendo eliminado. El segundo es Fredy Guarín, que dejó su huella tras conseguir el Torneo Clausura, pese a haber disputados pocos minutos en la Primera.
Para cerrar, el último de la lista es Breyner Bonilla. Recomendado por Bermúdez llegó para reforzar una pobre defensa. Lo cierto es que se fue de La Boca sin pena y sin gloria.