Más allá del resultado negativo en el amistoso, hay que valorar la oportunidad que recibieron los juveniles del plantel de Boca de poder mostrarse.
En clima de derrota, no todo es malo. Siempre se le puede mirar el lado bueno a una caída y más aún si se da en un partido amistoso. Boca cayó ante Estudiantes por 1 a 0, pero en el balance general no jugó un mal partido: hubo pasajes de buen fútbol, asociado a través de toques cortos y con búsqueda del arco rival. Quizás faltó eficacia a la hora de definir, pero la intención estuvo.
Pero el saldo más positivo es la inclusión de los juveniles en el equipo: Orlando Gaona Lugo y Nicolás Blandi, por ejemplo, fueron la dupla titular de atacantes. También formaron parte Gastón Sauro, Enzo Ruiz, Exequiel Benavídez y Nicolás Colazo, el último con mucho rodaje en el club. Además, Leandro Paredes y Juan Sánchez Miño ingresaron en el complemento para darle más velocidad al ataque y, sobre el final, Sergio Unrein ingresó en la delantera.
Más allá de que no llevó a los titulares por razones obvias, es por demás rescatable el hecho de que Falcioni haya tenido en cuenta a los jóvenes surgidos del club. Es importante que sigan teniendo minutos de juego en el primer equipo para que vayan sumando experiencia y confianza. ¿Será la Copa Argentina el certamen indicado para que se luzca el patrimonio del club?