Antes del arranque de la competencia oficial, Boca realizó la pretemporada en Ezeiza y en las últimas semanas aparecieron algunas caras nuevas. Un grupo de juveniles regresó al club luego de finalizar sus préstamos, pero no fueron las únicas variantes, ya que el cuerpo técnico tuvo sus ajustes.
Con Hugo Ibarra al frente del equipo, el cuerpo técnico se amplió con Pablo Santella, preparador físico que sumó hace muy poco y revolucionó con sus métodos de trabajo. Su apellido no pasa desapercibido en la institución: su padre Julio fue el histórico profe de Carlos Bianchi en aquella exitosa etapa.
A sus 45 años, Pablo vive una nueva etapa en el Xeneize, ya que estuvo como alterno en el último ciclo del Virrey y acompañó a Rodolfo Arruabarrena en 2014/15. A diferencia de aquellos años, el plantel lleva a cabo sus prácticas en el predio de Ezeiza y en declaraciones con Boca de Selección junto a su padre, se deshizo en elogios para el centro de entrenamientos.
“El predio de Boca es acorde a las necesidades del fútbol moderno. No tiene nada que envidiar a los campos internacionales“, resaltó el profe que sumó: “Estoy muy cómodo porque fluye un buen clima laboral, donde poder integrar a diferentes áreas“.
“Cuando yo arranqué, mi viejo estaba en la cima con Boca. Desde adentro se siente mucho el cariño y afecto que le tienen. Tuve el manual del preparador físico en mi casa. Fue una relación Padre-Hijo-Profe. Estoy convencido de que, si mi papá estuviese hoy en mi lugar, lo haría mejor que cualquiera. Siempre fue un visionario“, concluyó el PF.