Sin la presencia de Juan Román Riquelme, quien entrenó diferenciado, Leandro Gracián jugó de enganche para los titulares y anotó un gol en el empate ante los suplentes.
Mucho se habló de que Juan Román Riquelme venía teniendo una excelente pretemporada, que físicamente estaba en muy buen estado y, con tantos elogios que le tiraron, entre todos parecieron mufarlo. Por la mañana, el diez no se entrenó junto al resto del plantel y no fue parte del ensayo formal que dispuso Julio César Falcioni. El motivo por el cual el enganche trabajó en el gimnasio sería una pequeña dolencia y, por precaución, el cuerpo técnico decidió resguardarlo para no sobrecargarlo. Pero a no preocuparse, hincha de Boca, esto no es nada grave.
En cuanto a la práctica futbolística que se llevó a cabo, sin la presencia de Riquelme, Falcioni ya no tiene la obligación de cambiar un esquema porque ahora tiene un plan B: Leandro Gracián. El Tano, quien quiso quedarse para tener su revancha en el club, ocupó el lugar del nuevo capitán xeneize y cumplió al marcar un golazo, que fue el del empate ante un conjunto de juveniles.
Quienes conformaron el once de gala fueron los mismos jugadores de los días anteriores, es decir: Agustín Orión; Facundo Roncaglia, Rolando Schiavi, Juan Manuel Insaurralde, Clemente Rodríguez; Diego Rivero, Leandro Somoza, Walter Erviti; Gracián; Darío Cvitanich y Lucas Viatri.