Boca le ganó a River 1-0 en el estadio Monumental y se quedó con el Superclásico del fútbol argentino. El Xeneize encontró el gol tras generar un error en la defensa de River y después jugó un partido más que inteligente. Pero tuvo un ángel de la guarda: su arquero Agustín Rossi.
El “1” tenía una cuenta pendiente después del último partido en Núñez, donde podría haber hecho más en el primer gol de Julián Álvarez. Y se lo tomó a pecho: atajó absolutamente todo lo que le tiraron. Agustín cerró la tarde/noche de domingo con un total de nueve atajadas. Una actuación sublime.
Rossi demostró que la noche sería distinta cuando, a los 30 minutos del primer tiempo, le sacó el gol a Julián Álvarez luego de una gran jugada individual del delantero de River.
El Xeneize se puso en ventaja con gol de Sebastián Villa. Al minuto, Carlos Zambrano quiso despejar y casi la mete en contra. Ahí estaba el arquero para salvarlo.
Julián Álvarez volvió a quedar mano a mano con el arquero. Y Agustín Rossi se volvió a hacer gigante para salvar a Boca.
Minutos después, le sacó un tremendo tiro libro a Juan Fernando Quintero.
Y por último, la mejor atajada de la noche: la pelota imposible que le saca a Agustín Palavecino. Era gol para todo el mundo. Pero no para Rossi, no en su partido.