Muchas veces a lo largo del año, por desgracia, hubo que escribir cosas malas sobre el rendimiento de Agustín Orion en el arco de Boca. Por suerte ayer no fue el caso. El arquero se disfrazó de héroe como en aquellas épocas del Apertura 2011, Copa Libertadores 2012 y también en varios encuentros a lo largo del “Ciclo Bianchi”.
Los errores que venía mostrando Orion como las falencias en los centros aéreos, la posición de estar muy metido bajo los tres palos, quedó en el olvido. El uno fue figura y ese fue el arquero que el equipo necesita.
Se lo vio atento en las salidas, aprovechó metros adelantándose en el área para quedarse con pelotazos largos. Esto ayudó mucho, ya que también le dio dinamismo a las jugadas y poder salir de contragolpe.
La salida en los centros también fueron positivas y hasta se dio el lujo de ‘cancherear’ cortando solo con un brazo. Algo peligroso, sí, pero demostró calidad.
El que no pudo dormir el domingo a la noche fue Alario. Tal vez haya soñado con Orion y las dos atajadas estupendas que hizo con mucha reacción ante dos cabezazos del delantero de River. En la primera, a mediados del primer tiempo, la solución salió del cerebro. A contra-pie y con un golpe de cabeza que rebotó en el césped, pudo manotear y evitar el gol de los locales. El rebote quedó a un costado y el “Cata” Díaz la reventó.
A principios del segundo tiempo apareció la segunda. Un centro a la carrera de Carlos Sánchez y cabezazo de Alario que Orion salvó, despegándose del suelo con una buena fuerza de piernas y reacción. El arquero parecía imbatible. Y eso pasó.
Con el correr de los minutos, el uno fue inteligente y dominó los tiempos. Tanto cuando sus compañeros jugaban con él, como si le tocaba contener algún balón y quedar en el piso para robar algunos minutos. Lo cierto es que su actuación fue muy positiva por jugadas muy particulares. El objetivo de ganar el clásico y mantener el arco en cero tuvo un final feliz.
En síntesis: Cuando se habla de un arquero figura parece que el rival dominó, pero no fue el caso. Orion salvó a Boca cuando lo necesitó, como en las viejas épocas y por eso estuvo entre los mejores. Excelente reacción, despegue y fuerza de piernas. Atento a las salidas. Ahora queda mantener el nivel.