La negociación para que se extienda su contrato siempre fue tensa pero nunca se pensó en este final. ¿Por qué Riquelme terminó yéndose de Boca? Repasamos los hechos.
Desde antes del 30 de junio que se habla de este tema. Ese día, el de la finalización del contrato de Riquelme en Boca, fue parte de la historia pero no significó ni el comienzo, ni el fin. ¿Qué pasó para que el Diez termine alejándose del club? Hacemos un repaso.
ANTES DEL 30 DE JUNIO
Ya desde comienzos de año, la cuestión era tema de agenda para el hincha de Boca. La postura dirigencial siempre fue de esperar al cierre del vínculo para comenzar las gestiones de renovación. Román siempre eligió el silencio ante las preguntas.
El que no se cayó fue el hincha. En todos los partidos en La Bombonera, la gente coreó su nombre y pidió que siga. El encuentro ante Arsenal fue una fecha clave para eso. Los fanáticos Xeneize entendieron que debían tomar partido: el 1 de mayo realizaron un banderazo en la cancha.
Sus excompañeros e ídolos del club tampoco se mantuvieron alejados. Jorge Bermúdez, “Chicho” Serna y el “Chelo” Delgado, por mencionar a algunos, se mostraron a favor de su continuidad.
Llegó el partido ante Lanús, ese que ofició casi como una despedida secreta para Román. En la previa, el enganche pidió al club 50 camisetas con su nombre, para regalar. Era el último encuentro de Boca como local en el semestre y, en caso de no renovar, sería el último del Diez en La Bombonera.
Después de aquel cotejo, en el que la hinchada volvió a apoyarlo, el capitán descartó su retiro: “Voy a seguir jugando. Veré si sigo acá o en otro lado”, fueron sus palabras. La incógnita seguía pero, mientras tanto, el ídolo ensayó su propio partido homenaje.
El 13 de mayo, la Comisión Directiva se reunió para encarar el tema. Luego de una larga charla, se llegó a una decisión: ofertarle a Riquelme seguir por un año y medio más. Al día siguiente, Martucci se reuniócon Bolotnicoff, representante del jugador.
El manager no dio detalles de aquella conversación. Al día siguiente volvieron a encontrarse pero nada estaba definido. Mientras tanto, Bianchi jugaba su papel: pese a no hablar públicamente de la cuestión, se juntó con Angelici y le pidió que renueve a Román.
Y apareció Sport Recife: el conjunto brasilero envió emisarios a Buenos Aires para intentar contratar a Riquelme. La oferta era inalcanzable para Boca económicamente. Pero el Diez siempre puso como prioridad quedarse en el Xeneize.
La negociación entre Boca y el mediocampista tuvo un parate por las vacaciones del presidente. Cuando el “Tano” retomó las actividades, se reactivaron las conversaciones. Hubo diferencias en el tiempo del vínculo pero eso se resolvió fácilmente.
La pelota la tenía el enganche. El club esperaba su respuesta. Después de sus vacaciones, parecía que todo estaba encaminado: “En un 90% seguirá en Boca”, dijo Angelici. Pero algo cambió.
La traba estaba en un punto del nuevo contrato. Las garantías de pago. Riquelme quería que le respeten lo acordado, y que el club le abone el sueldo en el tiempo y forma que decidan, pero que esto se cumpla.
El 25 de junio, Román rompió el silencio. “Si las cosas están como hoy, el lunes dejo de ser jugador de Boca”, manifestó. Y agregó: “No es un problema de tiempo ni de plata, sino de tranquilidad jugando a la pelota”. La respuesta del presidente fue que no quería exponer el patrimonio del club.
DESPUÉS DEL 30 DE JUNIO
La pretemporada comenzó sin él. Ese viernes, el “Virrey” lo licenció hasta que resuelva su situación. El lunes 30, dejó de ser jugador de Boca. El tema llegó a su pico máximo de tensión: los hinchas sabían que era complicado, pero nunca dejaron de confiar.
Alguien tenía que ceder. Y ese parecía no ser Angelici, quien dijo que las negociaciones estaban terminadas y sólo esperaban una respuesta. Bianchi volvió a meterse: “Todo Boca lo necesita”, dijo. Y Sport Recife se retiró de la pelea. Parecía encaminada la renovación.
Se instaló que el dólar era una de las claves. Siempre que habló un dirigente, hizo referencia a la cuestión, diciendo que la moneda extranjera y su cotización en nuestro país impedía consentir el pedido del jugador.
Nadie cedió. “Estamos fastidiosos con Riquelme”, indicó el máximo dirigente y comenzaba a gestarse el fin. Como contrapartida, surgió la chance de Argentinos Juniors: Borghi se reunió con el Diez en su casa y lo convenció.
Luis Segura, presidente del “Bicho”, se comunicó con Angelici para ver si no estaba metiéndose demasiado. El titular boquense le dio vía libre. Así, el 17 de junio se oficializó la partida de Román al club que lo formó futbolísticamente. Corrió mucha agua debajo del puente y el final es este.