Moscariello, vicepresidente del club, cambió una vez más el discurso y responsabilizó a Forlín por la no continuidad. Repasamos las distintas versiones a lo largo de la novela. ¿Es realmente así?
Juan Forlín, uno de los más regulares del equipo en 2014, no seguirá vistiendo la camiseta azul y oro. La historia comenzó allá por diciembre y tuvo un final poco feliz.
La opción de compra del defensor era de 2.750.000 dólares, una cifra muy accesible teniendo en cuenta los valores que se manejan en el mercado de pases actual, en el que cualquier lateral cuesta, al menos, 4 millones.
En un primer momento, se hablaba de un deseo de Forlín y su familia de regresar a España, tierra natal de su mujer. Sin embargo, esta teoría quedó a un lado cuando todo se encaminó hacia un acuerdo. “Forlín va a seguir en Boca”, anunció el dirigente José Requejo. Una noticia que traía tranquilidad.
No todo era color de rosa ya que el arreglo era a préstamo por seis meses más, sin opción de compra, pero al menos así Rodolfo Arruabarrena se aseguraba al zaguero hasta mediados de 2015.
El 3 de enero, Forlín no arrancó la pretemporada. Algo andaba mal. En diálogo con “Boca de Selección”, César Martucci explicó que las negociaciones se habían complicado en las últimas horas. Ahí la traba parecía ser el club qatarí All-Rayyan, dueño del pase de Forlín, y se mantenía el optimismo por la voluntad del jugador de permanecer en el Xeneize.
El 5 de enero terminó el sueño: se confirmó que el oriundo de Reconquista dejaría Boca. ¿No era que estaba todo arreglado? Volvieron los rumores que “culpaban” a la familia y a la inseguridad. “Cansada de oír tonterías” la mujer del defensor se manifestó en twitter y expuso a la dirigencia, que había estado un mes sin poder cerrar la negociación:
Me cansé de oír tonterías! Forlin no se va x cuestiones familiares ni x inseguridad! Se va x una mala gestión!
— Arantxa Escudero (@ArantxaEscudero) January 6, 2015
La bomba había explotado. Forlín, perfil bajo, intentó desactivarla. Sin dar precisiones, le quitó responsabilidad a la dirigencia y a su familia. Salida elegante del defensor para quedar bien con Dios y con el diablo. No tuvo la misma respuesta por parte del vicepresidente Oscar Moscariello, que volvió a cambiar el discurso oficial: dio a conocer las cifras del contrato del futbolista, dando a entender que la traba era económica.
Lamentamos la partida de #Forlín. Su pase era accesible, pero $1,4m dólares de contrato es imposible para el fútbol argentino.
— Oscar Moscariello (@omoscariello) January 6, 2015
Nuestra responsabilidad es pensar integralmente al club que amamos y por el que trabajamos todos los días.
— Oscar Moscariello (@omoscariello) January 6, 2015
Primero, repudiable el hecho de hacer públicos los números buscando “quedar bien” con el hincha. Segundo, ¿recién ahora se dieron cuenta lo que cobraba el defensor y que esto resultaba un impedimento? Es algo que incluso los deja peor parados por perder de vista el “detalle”.
“Lo de Forlín fue una sorpresa, estaba todo arreglado para que siga hasta agosto y después se vaya a un equipo italiano”, declaró Daniel Angelici en Radio La Red.
Después de un mes de negociación fallida y de palabras cruzadas de ambos lados, la realidad es que Arruabarrena no podrá contar con uno de sus mejores jugadores. ¿Y ahora? Reemplazantes buenos, baratos y que se pongan la camiseta y rindan, no hay.
Sobran declaraciones agradables al oído, “que hay que ganar todos los partidos, hasta los de verano”, “que este año no hay margen de error”. Estamos de acuerdo, pero el plantel poco a poco se desmantela y no llega la tan mencionada “jerarquía”. Forlín ya se fue… y para muestra sobra un botón.