No jugó tanto, pero quedó impactado por el Mundo Boca. Lee más frases.
Lucas Castromán llegó a Boca en 2008 pero su estadía allí no fue demasiado larga. Apenas disputó un puñado de partidos, marcó un gol y tuvo el lujo de salir campeón.
Sin embargo, pese a no haberse lucido con la camiseta Xeneize, el nacido en Luján guarda un grato recuerdo:
“El haber vestido esa camiseta, representar a Boca en el mundo… Creo que es un orgullo para cualquier futbolista. Como dije siempre, jugué en los mejores equipos y con grandísimos futbolistas. Para mí fue un lindo momento ese paso por Boca. Conocer a la gente… Uno tal vez me tiene más identificado con Vélez porque estuve muchísimos más años y porque mis mejores momentos fueron ahí, o en con la Lazio, pero tengo un gran aprecio por todos los clubes por los que pasé”.
En la charla que tuvo con Planeta Boca Juniors, Lucas también elogió a la Bombonera y aseguró que no hay ningún estadio igual:
“Ya después jugar, la cancha… Son cosas que lo dicen todo. Jugué a favor y en contra. Es algo impresionante. La capacidad de la cancha, el formato de La Bombonera. Estás a un metro o dos de tu compañero y por más que grites, la acústica que tiene, hace que no te escuches. Que cuando empieza a saltar toda la gente, y te quedas en un momento quieto, te vibra todo el piso. Es algo que realmente no suele suceder en las canchas, creo que es en la única cancha que me pasó. Me encantaba, yendo en contra o jugando para Boca. Feliz de haber tenido un paso por el club de los amores de la mayoría. Eso hace que la gente quiera tanto esos colores porque también tiene una mística increíble”.
Por último, Castroman contó detalles que describen a la perfección a la pasión que sienten los hinchas por este club:
“Todos los días te esperan personas después del entrenamiento. El primer día dije ‘bueno, será hoy’. Y no, es impresionante. También la marca registrada que es Boca en el mundo. Eso es lo que más me llamó la atención. Si bien tenés equipos como River, Vélez, Racing, Independiente… Que están a un gran nivel, Boca es otra cosa. Bajábamos en Washington, en Los Ángeles, y decías: ‘¿qué estoy, en La Boca?’. Era algo increíble. La cantidad de gente era impresionante”.
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