El defensor se mostró contento por volver a la titularidad, pero sabe que la tendrá difícil cuando Burdisso se recupere de su desgarro.
Matías Caruzzo volvió a jugar ayer ante Independiente, tras estar afuera de las canchas por más de un mes debido a un desgarro en uno de sus aductores. Sin embargo, su regreso al once inicial se debió a la lesión que sufrió el sábado Guillermo Burdisso, contra quien deberá competir el puesto una vez que este se recupere de la misma.
A pesar de no tener su lugar asegurado, el defensor manifestó su alegría por formar parte del plantel e indicó que luchará por su oportunidad:
“Cuando llegué a Boca dije que me quería quedar a vivir. Hoy pienso lo mismo. Si no me toca jugar, me quedo igual. En otro club, me iría”.
“Yo luché mucho por estar en el club más importante del país. Esta camiseta es lo más lindo que hay”.
Y tuvo elogios para Sánchez Miño, el jugador sensación y del momento en este equipo:
“A Sánchez Miño le decimos Gordo. Ayer la gente le gritó ‘Miño, Miño’ y era raro. Ojalá le empiecen a gritar Gordo“.