El defensor se ganó la titularidad y demostró que está a la altura. Mérito compartido entre él y Alfaro.
Julio Buffarini llegó a Boca y no la pasó bien durante los primeros meses. En medio de la polémica que quisieron instalar algunos por su pasado en San Lorenzo y una supuesta “traición” al club de Boedo, el defensor no lograba encontrar regularidad y cada vez que jugaba dejaba más dudas que certezas. Barros Schelotto ponía a Leo Jara como titular y el cordobés pasaba más tiempo en el banco de suplentes que adentro de la cancha.
Pero Buffarini demostró que, como dijo Juan Román Riquelme, la actitud muchas veces suplanta otras cosas. A base de esfuerzo, intensidad, garra y fortaleza mental en ciertos momentos, el lateral derecho logró amoldarse al difícil mundo Boca y hoy es titular indiscutido.
Se ganó el cariño de la gente por el nivel mostrado en algunos compromisos importantes (Cruzeiro, la final en Madrid, el clásico ante San Lorenzo) y terminó recibiendo la ovación de toda La Bombonera.
“Estoy con más confianza que antes, la necesitaba. Boca es un club grande que te exige partido a partido, por eso tenemos que seguir trabajando para mejorar”, manifestó el futbolista hace algunas semanas.
Con el respaldo de Gustavo Alfaro, quien siempre apostó por él, el hombre que lleva la 4 en su espalda confía con seguir por este camino para lograr cosas importantes en el club.