Luciano Acosta tuvo un auspicioso debut y fue elogiado por sus compañeros. Forlín y Grana, también cumplieron. A continuación, repasamos sus actuaciones.
Las tres caras nuevas sumaron sus primeros minutos y estuvieron a la altura. Si bien se trata de un partido de verano, en el que resulta prematuro sacar demasiadas conclusiones, se pudieron vislumbrar algunos aspectos interesantes.
Luciano Acosta, enganche categoría 94, trasladó a la cancha su habitual desempeño en los entrenamientos: movilidad y desfachatez al servicio del equipo. No le pesó que se trate de un Superclásico, tampoco le importó la experiencia de sus rivales, que casi lo doblaban en edad.
A la hora de defender, colaboró presionando bien arriba para no dejar salir a River con comodidad. Recuperó una pelota a la salida de un córner que no logró terminar de la mejor manera.
Debió ser reemplazado en el entretiempo para reordenar el equipo tras la roja de Daniel Díaz. Al término del partido, recibió elogios de Bianchi (“Hizo un buen primer tiempo”), Orion (“Manejó muy bien la pelota”) y el “Cata” (“Demostró personalidad”).
Juan Forlín brindó seguridad en defensa, tanto de arriba como por abajo. Con inteligencia y rapidez, se encargó de cubrir las espaldas de los laterales. A pesar de la expulsión de su compañero de zaga, logró acoplarse bien con Joel Rodríguez, el juvenil ingresante.
A partir de entrenamientos y partidos, buscará conseguir un mejor entendimiento con Díaz para poder entenderse de la mejor manera y devolverle a Boca la seguridad defensiva que tanto extraña.
Hernán Grana salió decidido a dejar todo en cada pelota desde el arranque. Esa actitud lo llevó, a veces, a actuar de manera desprolija. Cometió algunas infracciones sin sentido y, más que nada al comienzo, sufrió algunas escaladas de Leonel Vangioni.
“El aliento de la gente en el hotel, en la calle y en el estadio se convierte en ganas y traté de transmitirlo en la cancha. Sentí que rendí para el equipo, que sirvió bastante. Me pone contento”, comentó al respecto, en diálogo con Boca de Selección (AM 770).
Si bien se proyectó poco, lo hizo con criterio, juntándose bien con Juan Manuel Martínez. Se presenta como una opción de salida que Boca podría aprovechar más. En el segundo tiempo, con uno de menos, estuvo aún más replegado, volcándose totalmente a la faz defensiva.
Es cierto que hay que ajustar movimientos y mejorar en algunos aspectos puntuales, pero la primera prueba, la de fuego, fue superada por los tres jugadores. Más allá de lo futbolístico, tal vez sirva de envión anímico para afrontar lo que vendrá.