Los locales se adelantaron gracias a los goles de Ponzio y Mora, pero el Xeneize lo igualó 2 a 2 de la mano de Silva y Erviti.
Inesperadamente, antes de que se cumpla el segundo minuto de juego, River llegó al gol a través de una pelota parada, ejecutada por Leonardo Ponzio. Agustín Orion no tuvo una buena respuesta y, en desventaja, todo se hizo cuesta arriba para el Xeneize.
Al igual que en el resto del campeonato, Boca abusó del pelotazo y no logró crear juego por abajo. Buscando algún tipo de respuesta, Julio César Falcioni adelantó unos metros a Cristian Chávez, para que sea el nexo con los dos atacantes.
La mejor jugada del elenco azul y oro la comandó por el sector derecho “Pochi”, quien habilitó de buena forma a Juan Sánchez Miño, pero éste no logró acomodarse como para poder definir y todo terminó diluyéndose.
De cara al complemento, Lautaro Acosta ingresó por Clemente Rodríguez. Sánchez Miño pasó como lateral izquierdo y Chávez se reincorporó al sector derecho de la mitad de la cancha.
Boca salió mucho más decidido que en la etapa inicial, pero no tuvo la precisión necesaria en los últimos metros. River, apostando al contraataque, logró mayores réditos. A los 25, tras recibir de Carlos Sánchez, Rodrigo Mora anotó el segundo tanto del partido.
La reacción del Xeneize no tardó en llegar. Leandro González Pírez le cometió un penal infantil a Acosta y Santiago Silva se encargó de cambiarlo por gol. Con más ganas que fútbol, el elenco azul y oro empujo y, sobre el cierre del partido, llegó el empate.
Silva la peleó arriba y la pelota le quedó a Walter Erviti, quien ante la salida de Marcelo Barovero se tiró con alma y vida para sentenciar el 2 a 2 definitivo, que desató la locura de todos los Bosteros.
Una vez más, El Monumental enmudeció. La historia se repite clásico a clásico y parece no tener fin. Esta noche, al intentar dormir, los hinchas y jugadores de River verán todo negro, o mejor dicho, todo azul y oro…