Boca igualó 1-1 ante Lanús en La Bombonera en una noche en la que no abundó el fútbol. El Xeneize tuvo un buen arranque, pero el rival se puso en ventaja y se le hizo difícil entrarle. Pero, gracias al gol de Darío Benedetto, terminó llevándose un punto sobre el final y evitó una nueva caída por el certamen local.
Jorge Almirón paró un once muy extraño por la gran cantidad de ausencias obligadas por lesión. Y se notó: se vio a futbolistas en posiciones que no frecuentan y el DT por momentos se volvió loco intenando explicar qué movimientos pretendía de ellos.
Sin Luis Advíncula, Luca Langoni, ni Norberto Briasco por distitnas lesiones. Tampoco Sebastián Villa, quien no jugará más en el club, ni Exequiel Zeballos quien lleva un largo proceso de recuperación para no volver a lastimarse. El DT hizo un experimento extraño y puso a Pol Fernández de una especie de extremo derecho.
Con el diario del lunes, la función estuvo aprobada. El volante, en esa posición, habilitó a Darío Benedetto para el tanto del empate. Pero el entrenador le estuvo atrás para movimientos específicos. Por ejemplo, a la hora de la presión conjunta. “Cerrá, por, cerrá. ¡Tenés que cerrar”, gritaba.
Otra de las decisiones que llamó la atención fue la de poner a Facundo Roncagliade lateral derecho como en sus viejos tiempos. El defensor fue otro de los que volvió loco a Almirón, por pasar en momentos desafortunados y lejos: “Pará Facu, pará que no hay nadie. Las perdemos todas igual… ¡Quedate ahí!“.