La agenda de Boca está cargada. El Xeneize tiene que afrontar compromisos correspondientes a la Liga Profesional, la Copa Argentina, alguna que otra final aislada y prepararse de lleno para el gran objetivo del año, la Copa Libertadores de América.

El plantel es amplio y sobran variantes. En cuanto a nombres, pocos equipos tienen mejor material que el Único Grande. Hugo Ibarra cuenta, de mínima, con dos jugadores por puesto y la competencia interna está más activa que nunca. Nadie tiene el puesto asegurado.

Este sábado, el Único Grande viajará hasta Liniers para visitar a Vélez. Cuatro días más tarde, el miércoles, afrontará la final de la Supercopa Argentina contra Patronato, en Santiago del Estero. El entrenador tiene un plan en mente y espera que al ejecutarlo salga tal lo esperado.

¿De qué se trata? La idea del “Negro” es aplicar la rotación en el estadio José Amalfitani y darle lugar a sus hombres de mayor jerarquía contra los de Paraná. Por eso, ante el Fortín aparecerán los Roncaglia, los Payero y los Medina, mientras que entresemana podría haber lugar para Benedetto, Villa y Varela.

Queda claro que la posibilidad de obtener la estrella número 74 en la historia del club hace que lo que ocurra la semana que viene tenga más relevancia que el choque frente al Fortín. Sin embargo, para varios futbolistas la verdadera “final” se disputa en pocas horas: la posibilidad de ganarse el puesto en la definición contra el “Patrón” aumenta la motivación.