Ni bien terminó su partido consagratorio ante River, Exequiel Zeballos pensó en ellos. En plena euforia de La Bombonera por la importantísima victoria de Boca que lo tuvo como figura, el “Changuito” solo se acordó de un grupo pequeño y selecto de personas que lo acompañó en todo este tiempo y que seguirá junto a él pase lo que pase.
“Gracias a Dios tengo un grupo de trabajo fuera del club que son muy importantes para mí. Son solamente 8 o 10 personas, que seguramente ahora cuando vaya al vestuario les voy a contestar a esas personas nada más”, manifestó el delantero. Aislándose de la exaltación por la gran alegría, el santiagueño se mostró tranquilo y seguro de lo que decía. Y por eso le agradeció a los que sentía que lo merecían.

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Noelia Escañuela Ramos, su mujer, y Bianca, su hija, son las dos personas más importantes en la vida de Exequiel Zeballos. Si bien cuida su intimidad, el jugador suele mostrarse en momentos privados con ellas en redes sociales. Vacaciones y hasta situaciones de hogar. Fueron quienes le dieron fortaleza en los peores momentos de su carrera.

Zeballos, junto a Noelia, su mujer, y Bianca, su hija.
Lógicamente, sus padres también están siempre cerca del “Chango”. Oscar Zeballos y Lissy Rodríguez lo acompañaban en los 2200 kilómetros de ida y vuelta que hacían desde Santiago del Estero a Buenos Aires para que Exequiel tenga sus primeros minutos en inferiores. Y estuvieron con él también en las duras lesiones que lo hicieron remarla estos últimos años.

Oscar y Lissy, los padres de Zeballos.

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Y también están los amigos. Varios de ellos viajaron desde Santiago exclusivamente para el partido. Ignacio Mellado, uno de ellos, está siempre cerca del “Chango” y hasta lo tiene tatuado en su pierna.

Zeballos, junto a su amigo Ignacio.
Por último, su representante Diego Merino y el equipo de trabajo de su representación siempre están para Zeballos y lo acompañan todos los días. “Los planes de Dios son perfectos, solo hay que tener paciencia y seguir laburando”, es el mantra que sigue el Chango en su rutina. Un lema que hizo propio y que sostendrá porque es el que, cree, lo llevó hasta este momento consagratorio.

Zeballos y su representante, Diego Merino.




