El grito de Agustín Palavecino desató la locura en el Monumental. El jugador de River cargó a los de Boca, luego del gol de Miguel Borja, y los futbolistas xeneizes se le fueron al humo. Empujones, corridas, algún que otro golpe de puño y varias tarjetas rojas: todo eso se dio en el tramo final del Superclásico.

El polémico arbitraje de Darío Herrera y los gestos del exPlatense, que luego terminó escondiéndose atrás de sus propios compañeros, desvirtuaron la historia por completo de un encuentro que venía demasiado tranquilo.

Marcos Rojo no jugó pero acompañó al plantel durante toda la jornada del domingo. En medio del tumulto, el defensor ingresó al campo de juego y participó de la gresca.

A raíz de eso, la Policía le labró un acta al capitán boquense por meterse a la cancha sin ningún tipo de autorización. Lo mismo para con Luis Vázquez, pero por sus gestos al ser reemplazado en el segundo tiempo. Por el momento, no se sabe si deberán presentarse a declarar.