Fernando Gago es un hombre muy ambicioso, lo ha demostrado en su gran carrera como jugador y ahora en sus primeros pasos como entrenador. En Boca lo demostró a la hora de pedir refuerzos para este año tan importante, plagado de competencias, y también en los entrenamientos en el predio, cuando exige a los jugadores al máximo.
Luego del flojo empate ante Argentinos Juniors en La Bombonera, en conferencia de prensa, el DT mencionó uno de sus máximos anhelos: “Necesito que el equipo tenga una identidad, independientemente de los nombres”. “A mí no me cambia el nombre del futbolista, trabajo igual este quien esté. Lo que quiero es que todos comprendan la forma de jugar y que queremos hacer como equipo”, agregó.
A Boca le costó ante Argentinos Juniors. (Getty)
El primer Boca del 2025, parecido al del 2024
El partido de este domingo dejó la sensación de que aún falta mucho para encontrar (y reflejar) esa idea. Es más, se vio a un Boca parecido al que cerró el 2024. Estático en el medio, donde se vio superado por Argentinos Juniors en el planteo, cantidad de hombres y control de pelota.
El equipo, además, mostró con una clara falencia en los costados. Tanto Exequiel Zeballos como Brian Aguirre no se sienten cómodos con las funciones que tienen que hacer, arrancando desde tan atrás. Y eso se nota a la hora del desborde poco efectivo.
ver también
Fernando Gago explicó por qué puso a Frank Fabra como titular en Boca: "Yo necesito..."
La búsqueda de Gago de “idea por sobre nombres” está en proceso
La esperanza está puesta en Carlos Palacios y/o Alan Velasco a la hora de mostrar algo diferente del medio para arriba. Pero siempre hablamos de apellidos, y no de funcionamiento indiferente a los nombres. ¿Hay tiempo para encontrarlo? Seguro. Aunque, de a dos partidos por semana, el trabajo deberá ser en la competencia y no en los entrenamientos.
Jugadores hay. El plantel corto ya no es excusa. Lo que falta es ver si se llega a esa “idea por sobre los nombres” que en estos tres meses de trabajo, vacaciones mediante, aún no se logró. ¿La alternativa? Lo que hacen muchos entrenadores, ser prácticos y confiar en las individualidades, más allá de “su librito”. Pero por ahora Gago esa opción no la concibe.