Antonio Rattín es uno de los grandes símbolos de la historia de Boca. Al mismo tiempo, jugó toda su carrera en el club y marcó a toda una generación de los fanáticos xeneizes. Pero hubo un hecho poco conocido de su trayectoria futbolística: su relación el Juan Carlos Lorenzo.
Como bien se sabe, el Toto es uno de los entrenadores más importantes de la historia del club producto de las dos primeras Copas Libertadores ganadas con el club y la primera Copa Intercontinental.

Si bien no coincidieron en Boca, sí lo hicieron en la Selección Argentina. Allí, el Rata jugó entre 1959 y 1969 y coincidió con el DT en 1962 y el Mundial de Inglaterra de 1966.
“En la gira previa al Mundial 66 le pedimos con un grupo de jugadores que se fuera, no lo aguantábamos más, nos tenía locos con sus misterios“, expresó el ídolo de Boca sobre Lorenzo en diálogo con El Gráfico hace varios años. “No sé si el peor técnico, pero fue el que menos me banqué“, señaló Rattín.
Mala relación: las idas y vueltas entre Rattín y el Toto Lorenzo
Antonio Rattín jugó toda su carrera en Boca y toda la década del 60 en la Selección Argentina. El tiempo glorioso del Toto Lorenzo fue a fines de los 70, ya cuando el ex volante estaba retirado. Sin embargo, fue justamente allí que se encontraron.
“Me retiré en el 70 y enseguida agarré como coordinador hasta 1976, que vino Lorenzo, y como me llevaba mal con el Toto, decidí irme“, recordó Rattín en diálogo con El Gráfico hace varios años.
Sus asperezas venían desde la época de la Selección Argentina, puntualmente del Mundial de Inglaterra 1966. Allí, Rattín fue el primer expulsado en una Copa del Mundo justamente frente al anfitrión y terminó sentado en la alfombra de la Reina, motivo por el que lo abucheó todo el estadio de Wembley.
De ese encuentro no tiene un buen recuerdo ya desde la previa. “Justo se dio que Argentina-Inglaterra se lo dieron a un alemán y Alemania-Uruguay a un inglés, ¡qué casualidad! Estaba todo cocinado“, explicó el Rata.
Los números de Antonio Rattín en Boca
Antonio Ubaldo Rattín jugó en Boca entre 1956 y 1970, siendo uno de los pocos futbolistas que pasaron toda su carrera en la institución. En ese lapso jugó 382 partidos, metió 28 goles, ganó 4 títulos locales y se convirtió en un símbolo de la institución.