La carrera profesional de un futbolista es corta de por sí. Todos aquellos que se retiran son “grandes” para el fútbol pero muy jóvenes para la vida. El día después puede ser muy complicado y no todos se preparan de la misma forma para ello. El retiro llega, casi siempre, por cuestiones físicas. Aunque a veces algunos problemas pueden hacer que el recorrido termine abruptamente.
Tal fue el caso de Joel Acosta, ex volante de Boca. En exclusiva con Planeta Boca Juniors, el surgido de las inferiores del Xeneize relató el duro momento que le tocó vivir y la extraña lesión que terminó llevándolo al retiro. “Fue casi drástico, de un día para otro. Allá por el 2019 tuve una molestia en la cadera que pensé que era del psoas pero en 2020 todo se agravó”, recordó Acosta.
Luego, reveló que tardó en llegar al diagnóstico luego de varias consultas médicas y terminó siendo algo más complejo de lo que parecía: “Hicimos estudios y resulta que tenía un impingement de camp y de pinzer que es un rozamiento de la cabeza del fémur con la cadera y que ya había desgastado la articulación y había hecho un pequeño desgarro”.
Esta dolorosa lesión lo obligó a operarse a fines de 2020: “El proceso había sido muy bueno pero me permitía entrenar un día y al otro no. No hubo caso, el dolor se agravaba y la molestia persistía. Se hacía complicado poder dormir. No podía agacharme para levantar a mi hija”. Sin embargo, a pesar de los intentos por recuperarse en 2021, tuvo que dejar el fútbol y terminó radicándose en España junto a su familia.
Joel Acosta: de la oportunidad de Bianchi, a una carrera marcada por lesiones
Joel Acosta debutó como futbolista profesional en 2010 de la mano de Claudio Borghi. Luego de aquello, estuvo cedido a préstamo en el Siena de Italia y luego en Almirante Brown. “En junio de 2012 vuelvo y Boca me manda a préstamo a Almirante Brown y ahí me toca jugar mucho con Blas Giunta como DT”, recordó el exvolante en diálogo con Planeta Boca Juniors.
Al regresar a mediados de 2013, el mediocampista tomó la decisión de quedarse a pesar de tener una nueva oferta de Europa: “En ese momento viene Popeye Herrera (ayudante de Carlos Bianchi) y nos llevan a entrenar con Primera. Me dijo que si quería quedarme y ganar un lugar iba a depender de mí”.

Joel Acosta tuvo rodaje en Boca durante el segundo semestre del 2013. (Imago)
Fue titular contra Vélez en el partido en el que Fernando Gago regresó a la institución. A partir de allí fue más considerado por Carlos Bianchi y tuvo varios minutos y convocatorias. Sin embargo, ni bien empezó el 2014 el destino le jugó una mala pasada: “Prácticamente me pasé todo el año recuperándome por la rotura de ligamentos previo a un Superclásico en Mar del Plata. Estaba en el plantel de Primera pero mis sesiones eran más individuales”.
Finalizado ese año, el Vasco Arruabarrena le comunica que no iba a tenerlo en cuenta en la siguiente temporada, a pesar de que le dio algunos minutos en un empate frente a Lanús como visitante. Terminó yéndose con el pase en su poder a Olimpo y, curiosamente, fue titular contra el Xeneize en la primera fecha del Campeonato 2015: “Fue una sensación rarísima. El gol no lo grité, me fui trotando a la mitad del campo. A Boca le tengo un cariño enorme, estuve desde octava división y fue una sensación totalmente extraña”.
La vuelta fallida al fútbol tras el retiro
Cuando Joel Acosta se retiró del fútbol en 2021, decidió radicarse en España junto a su familia. Allí, ni bien llegó, un excompañero le ofreció entrenarse en Costa Brava, un club del ascenso español. A pesar de haberse retirado, el surgido en las inferiores de Boca tenía ganas de volver a probar suerte.
“Fui un mes a entrenar con ellos y pasado el tiempo me preguntaron las condiciones y me dijeron que tenía que hacerme estudios”, explicó Acosta. Y allí fue cuando el archivo de lesiones apareció y terminó de enterrar la ilusión: “Yo ahí claramente les dije cuál era mi situación y no pasé la revisión médica. El club no quiso arriesgarse y es totalmente entendible”.

Liverpool de Uruguay fue el último club de Joel Acosta. (Gentileza)
¿Qué es un impingement de camp y de pinzer?
El impingement de camp y de pinzer, también conocido como pinzamiento de cadera, se presenta con un fuerte dolor en la ingle o en la cadera. Esto implica un roce anomal entre los huesos de la cadera y la cabeza del fémur, produciendo muchísimo dolor. Puede producirse por genética, alteración de crecimiento o exceso de ciertos gestos deportivos, producto del desgaste por entrenamiento.