Ponerse la camiseta de Boca es un privilegio que no todos los futbolistas pueden tener. Algunos salen de las inferiores del club y otros llegan como refuerzos para vestir los colores del Único Grande e intentar quedar en la historia. Emiliano Romay fue uno de los tantos que tuvieron el privilegio de pasar por el Xeneize y hoy se dedica a algo a un rubro totalmente distinto: fabricación de explosivos.
Surgió de las inferiores del club, en la época donde La Candela era el epicentro de los sueños de los niños xeneizes. En 1993 fue convocado por la Selección Argentina Sub 17 para disputar el Mundial de Japón. Luego debutó oficialmente en el Xeneize el 24 de julio de 1994 en un empate 1 a 1 frente a Ferro en Caballito, convirtiendo el único gol del equipo de la Ribera.
César Luis Menotti era el DT en ese momento y le dio sus únicos 5 encuentros en la Primera de Boca, que le bastaron para convertir 3 goles. Su paso por el club fue breve pero intenso. Supo brillar en Huracán durante los 90, pasó al Niza de Francia y luego estuvo durante una década jugando en distintas instituciones del ascenso argentino, muchas de ellas del interior del país.
Tras su retiro en 2014, como muchos futbolistas buscó otro rubro para desarrollarse. “Mi primer trabajo lo empecé solo. Mi viejo me tiró data de unos chocolates y empecé a distribuirlos en Rafaela. Todo lo hacía muy intuitivo, no tenía estructura, no tenía nada“, explicó el exjugador del Xeneize en diálogo con La Nación en 2024.
Emiliano Romay jugó en Boca en 1994. (Archivo)
Su trabajo actual en una fábrica de explosivos
Emiliano Romay buscaba desarrollarse fuera del fútbol en la provincia de Santa Fe. “Estoy hace 11 años en una fábrica de explosivos. La empresa se llama Austin Powder, es una compañía multinacional, de Estados Unidos“, reveló el oriundo de Mar del Plata.
“La compañía se dedica a las voladuras para ingeniería civil, como por ejemplo apertura de caminos. También realiza voladuras para la minería a cielo abierto y subterráneas”, agregó. El hecho de haberse formado académicamente y aprovechar el uso de idiomas en el exterior le permitió tener más herramientas a la hora de conseguir trabajo.
Sin dudas, fue une experiencia totalmente nueva para alguien que jugó 20 años al fútbol profesionalmente. “Me pusieron a liderar un grupo con objetivos comunes. Creo que vieron en mí ese valor importante y una ventaja competitiva de mi persona, pero me tuvieron una confianza enorme, imaginate que era mi primera experiencia laboral convencional“, relató.
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Además, contó que fue ocupando distintos roles en la empresa, hasta llegar a un puesto de coordinador de producción. A la vez, estudió administración de empresas y señaló que ve muy poco fútbol: “Miro los mundiales, miro a la selección y la Premier League. Si juega la B Metropolitana no me quedo. Fútbol argentino, poco. No me conozco a todos los jugadores”.
Un grupo lleno de caciques: cómo era el plantel de Boca cuando jugó Romay
En la década del 90, Boca tuvo varios años sin títulos y algunos problemas en cuanto al liderazgo del vestuario. A principios de esa década, el equipo luchaba por romper esa racha de sequía en torneos locales que finalmente terminó en el Apertura 92. Para 1994, momento en el que Emiliano Romay debutó en Primera, el Xeneize era conducido por César Luis Menotti.
Pero el campeón del mundo en 1978 no era el único nombre importante dentro de ese equipo, ya que había varios ídolos que luego terminaron enfrentados entre sí en el famoso “Halcones y Palomas“.
Alberto Márcico, Carlos Mac Allister, El Mono Navarro Montoya, Manteca Martínez, la Tota Fabbri, entre otros. A Romay le tocó debutar con gol y ser protagonista con un doblete en La Bombonera ante Talleres, dándole el triunfo por 3 a 2 al equipo.
Al año siguiente, terminó yéndose a Huracán donde las lesiones lo complicaron al principio, pero después supo brillar para jugar en Europa. En el Xeneize le ocurrió todo muy rápido, ya que llegó en edad de inferiores y Menotti lo mandó a jugar con solamente 17 años.