Miguel Caneo salió de las inferiores de Boca y debutó como profesional de la mano de Carlos Bianchi. Fue parte de un plantel que cosechó grandísimos triunfos y compartió con jugadores que luego resultaron ídolos de la institución.
Como no tenía lugar, se fue a Quilmes en 2004, club en el que se volvió una figura importante. El ex enganche se metió en la política del club y se convirtió en mánager tras el cambio de autoridades que hubo a principios de septiembre.

Caneo jugó varios años en Quilmes. (Archivo)
El equipo quilmeño atraviesa un mal momento en la Primera Nacional y quedó en mitad de tabla peleando el descenso. El Chino analizó el presente y mostró su preocupación en diálogo con Deportes en FM: “Muchas cosas en el club están peor de lo que imaginábamos, no sólo en lo deportivo, pero no hay tiempo para excusas“.
El próximo lunes 22 de septiembre, el equipo de Alfredo Grelak jugará contra Güemes de Santiago del Estero como local, y tiene la gran chance de asegurar la permanencia. “Con el tiempo se van a saber cosas que hoy no podemos hablar. El lunes tenemos la final del mundo“, sentenció Caneo.
La historia de Caneo en Boca
Miguel Caneo se desempeñaba como volante ofensivo en las inferiores de Boca y Carlos Bianchi lo hizo debutar como titular en la Copa Libertadores 2003. Durante ese año y el siguiente tuvo bastante rodaje con el Xeneize, siempre con el Virrey como DT.
Aparecía mayormente en equipos suplentes, momentos donde el Xeneize peleaba a nivel internacional y reservaba lo mejor para la Copa Libertadores. Su caso también fue especial porque Bianchi lo tenía en cuenta para esos compromisos.
El punto fue tal que entró unos minutos contra el Santos en el mítico Morumbí en la consagración de la quinta Copa Libertadores en 2003. Sin embargo, en un plantel repleto de figuras, el Chino no pudo mantener su lugar y terminó yéndose a Quilmes a mediados de 2004, donde más tarde sería ídolo. Jugó 33 partidos con el Xeneize, metió 2 goles y ganó dos títulos.