Un simple triunfo de Boca puede cambiarnos el ánimo por completo. No importa el rival, el torneo ni el momento. Cuando ganan los nuestros todo es mejor. Aunque sea por un par de horas.

La goleada 3-0 ante Barracas Central, uno de los equipos más débiles del campeonato, trae algo que nos venía faltando en los últimos días: paz y tranquilidad. Pero quien crea que la cosa cambió por este buen resultado, no entiende mucho de qué va este tema.

El techo futbolístico todavía está lejos y aún hay muchísimas cuestiones por corregir, tal como manifestó el propio Mariano Herrón, quien pisó fuerte en su primer encuentro como DT del Único Grande.

Luego de celebrar sus 118 años de vida, nuestro querido club iniciará el camino en la Copa Libertadores y le dará inicio a la máxima ilusión. Si quienes defienden la gloriosa camiseta azul y oro sacan ese plus necesario para honrarla, tal como hicieron este fin de semana, habrá motivos para confiar más allá de quién se calce el buzo de técnico.