Hay jugadores de Boca que, sin ser ídolos, lograron quedar en el recuerdo de los hinchas por goles o episodios puntuales. Un suplente muy recordado es Ariel Carreño, delantero que surgió de las inferiores y debutó de la mano de Carlos Bianchi, quien lo usó muchísimas veces desde el banco.
Su doblete a River en el verano del 2002 fue inolvidable, y más aun su abrazo al juez de línea tras la segunda conquista. “Fui un inconsciente, una locura de joven que quedó para la historia“, recordó el exdelantero en Infobae en 2020.
Tuvo tres ciclos en el Xeneize, de donde se fue a fines de 2004 para jugar en el Puebla de México. Tras su retiro en 2015, el atacante se alejó de los flashes: “No jugué ni miré fútbol hasta que me llamaron los chicos del Senior de Boca“.
Ahora, se dedica a otro rubro totalmente distinto. Reside en Ingeniero Maschwitz y trabaja en una empresa de construcción que él mismo montó. Oriundo de Córdoba, aún no desecha la posibilidad de mudar su labor allí. “Todos los que nos dedicamos y ponemos la cabeza en esto, no lo queremos dejar nunca”, expreso Carreño sobre su vida futbolística.
La historia de Ariel Carreño en Boca
Debutó en el Apertura 98 donde el equipo se terminó consagrando y luego fue cedido a Cruz Azul y Chacarita. Entre 2000 y 2002 tuvo más protagonismo aunque siempre a la sombra de Guillermo Barros Schelotto o Marcelo Delgado. Entró en los últimos minutos de la Intercontinental 2001 ante Bayern Múnich, con el resultado ya en desventaja.
En ese entonces jugó bastante, fundamentalmente por los torneos locales. En la época de Carlos Bianchi, el plano internacional era prioridad y Carreño aparecía en la Copa Mercosur con frecuencia. Siempre corriendo de atrás, fue 2002 el único año donde jugó un poco más de arranque, aunque con nombres pesados por delante de él.
Pasó a préstamo a Nueva Chicago y después a San Lorenzo, de donde volvió a mediados de 2004. Allí tuvo sus últimos 6 meses de actividad con la camiseta del Xeneize pero solamente pudo convertir un gol. Terminó cedido nuevamente, esta vez en el Puebla de México, y a su regreso en 2006 fue vendido a Lanús.
En total, jugó 44 partidos y convirtió 8 goles oficiales con la camiseta del Xeneize. Fue parte de un plantel histórico pero solamente participó de los títulos del Apertura 98 y la Copa Sudamericana 2004.